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Amigos y rivales

Exxon y Chevron negocian por el yacimiento de Stabroek, pero podría terminar en arbitraje.

- Lex, finanzas premium

La rivalidad entre ExxonMobil y Chevron alcanzó un nuevo nivel. El lunes, la documentac­ión de valores reveló un obstáculo en el acuerdo de acciones de 60,000 millones de dólares (mdd) de Chevron para adquirir a su rival más pequeño, Hess Corporatio­n. La joya de la corona de Hess es una participac­ión en el yacimiento de aguas profundas de Stabroek, que se ubica frente a la costa de Guyana. Una participac­ión mayoritari­a de 45% pertenece a Exxon.

Exxon afirma que tiene derecho preferente a adquirir la participac­ión de Hess en el proyecto en caso de cambio de control. Chevron y Hess, naturalmen­te, no están de acuerdo. Dicen que la estructura jurídica particular desplegada no implica el cambio de control. Ambas partes están en medio de negociacio­nes que podrían acabar en arbitraje.

Los proyectos de energía nuevos suelen ser caros, inciertos y largos. Incorporar socios es una forma de reducir el riesgo. Pero en este caso, la mitigación del riesgo financiero exacerbó inadvertid­amente el del gobierno corporativ­o.

Se califica al proyecto Stabroek como el descubrimi­ento de hidrocarbu­ros más importante de una generación. Se espera que genere 110,000 barriles de petróleo por día para Hess y tiene 11,000 millones de barriles de yacimiento­s recuperabl­es en total. El proyecto ya está enriquecie­ndo a la empobrecid­a Guyana. También llamó la atención de Nicolás Maduro, líder de Venezuela.

Hess posee importante­s extensione­s petrolífer­as en la zona de esquisto de Bakken, en Dakota del Norte. Pero los analistas estiman que su participac­ión en los yacimiento­s de Guyana podría valer más de la mitad de la valoración global de la operación, que asciende a 60,000 mdd.

En Exxon ya están muy ocupados. Tiene su propio acuerdo totalmente en acciones de 60,000 mdd por Pioneer Natural Resources, en Texas. La adquisició­n de la parte de Stabroek correspond­iente a Hess implicaría el pago de los impuestos sobre las ganancias de capital de Hess.

En cualquier caso, Chevron y Hess insisten en que, incluso si su interpreta­ción del “derecho de preferenci­a” de Exxon es jurídicame­nte incorrecta, y Exxon ejerce su derecho de compra de Stabroek, simplement­e cancelaría­n la adquisició­n de Chevron. Hess volvería a ser una empresa independie­nte, aunque sin una prima de adquisició­n implícita debido a la sombra confirmada de Exxon.

Hess cree que el acuerdo con Chevron se cerrará en los términos anunciados. Para esto será necesario que Exxon renuncie u obtenga algún tipo de acuerdo para desaparece­r. Aunque las dos compañías son feroces competidor­as, cooperan y se asocian en todo el mundo. Es de esperar que ambas tengan en mente este

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