Patrón de Rueda, por una crítica propositiva
“Ojalá el secretario de Educación viera la ópera que tenemos”, asegura el músico
Grandes ovaciones ha recibido el montaje de Turandot de Giacomo Puccini, que, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, presentará su última función hoy en el Palacio de Bellas Artes. Para extender los beneficios de la puesta en escena también se transmitirá en vivo en la pantalla gigante del Corredor Ángela Peralta.
Patrón de Rueda dijo en entrevista que “la fórmula Puccini- Turandot es un éxito garantizado, pero creo que esta vez logramos más: dimos un paso adelante, establecimos un gran dinamismo. A esta partitura siempre le encuentras cosas nuevas, otros mensajes y otras dificultades”.
Turandot es una partitura complicada, aseguró el director. Es una de esas obras en las que, agregó, “no puedo dedicarme nada más a marcar el compás, como dicen por ahí algunos. Tengo que estar pen- sando y adelantando lo que sigue porque hay muchas polirritmias y cambios súbitos. La partitura es muy bella y apoteótica, pero complicada”.
Con 38 años como director de ópera, el músico nacido en Mazatlán ha dirigido a luminarias como Plácido Domingo, Gilda Cruz-Romo, Rolando Villazón y Verónica Villarroel. También ha sido testigo del debut de cantantes como Fernando de la Mora, Lourdes Ambriz, Encarnación Vázquez y Ramón Vargas. El músico —reconocido como “Esta vez logramos más: dimos un paso adelante, establecimos un gran dinamismo” sinaloense ejemplar— piensa dedicar más tiempo a la enseñanza. “Tengo la necesidad de compartir todo eso que he vivido, lo que aprendí de los grandes maestros. Cuando fui asistente de Eduardo Mata, por ejemplo, o con el gran Salvador Ochoa, un gran músico que heredó muchas cosas de todos los directores italianos. Me gustaría compartir con los jóvenes todo este cúmulo de experiencias. Es obligación de uno regresar eso que la vida te da”.
El ganador del Premio Sinaloa de las Artes, entre otros reconocimientos, considera que “la crítica es la piedrita en el zapato del músico. Yo quisiera que fuera objetiva. Que si te van a criticar dijeran cómo hacerlo mejor y no que nada más dijeran que no sirve lo que hiciste. Hay críticos que sí saben, pero la mayoría nada más destrozan y eso está mal. Debieran ser más propositivos para motivar al público, aunque en esta ocasión no hizo falta porque se acabaron los boletos hace tres semanas. La reacción del público fue increíble: al final aullaba, aplaudía de pie... A final de cuentas uno trabaja para el público, para tu integridad artística”.
A Enrique Patrón de Rueda le preocupa más el futuro de la ópera, pues en México sobra talento vocal pero las posibilidades de trabajo son reducidas. “Todos ellos tienen puesta su vista en irse a vivir fuera de México. Triunfan y luego regresan esporádicamente. Ojalá nuestro secretario de Educación viera la ópera que tenemos para que, a su vez, pida más recursos para que haya más actividades en provincia. Ojalá que nuestro Presidente fuera a la ópera. Nuestros políticos no se paran en la ópera, eso es una tristeza. Tenemos una ópera digna”.