LAS MARAVILLAS, EN BUSCA DE UN GUSTO DEL NORESTE
Por sus condiciones semidesérticas, el municipio de García se convierte en un perfecto aliado para el cultivo de la uva, que después será usada para la producción de diversos vinos artesanales de la vinícola Maravillas
Una mancha verde en medio de la tierra y el polvo de la zona desértica de Nuevo León, en tan solo unos días se convertirá en la cosecha de uva destinada a producir uno de los únicos vinos artesanales de la región, en la Vinícola Maravillas El sueño de Ramiro Javier Valdez Herrera, dueño del viñedo, se materializó hace aproximadamente 11 años, pero empezó tiempo atrás. Su familia, quien llegó de Parras, Coahuila, para asentarse en el ejido Las Maravillas, en García, trajo consigo unas plantas que de acuerdo con Don Ramiro, produjeron la uva y el durazno más ricos que ha probado. Pero no solo fue eso. Tiempo atrás, luego de hacer una ingeniería en Bioquímica en el Tecnológico de Monterrey, viajó a Israel para tomar un curso de acuacultura. En aquel lejano país, se sorprendió de la forma como se aprovechan los espacios para sembrar. “Nosotros aquí tenemos extensiones de tierra y no hacemos nada, ‘algún día voy a hacer algo así’”, pensó en aquel momento. En la Vinícola Maravillas se producen varios tipos de vinos, como el que lleva su nombre, “Don Ramiro”. “Es el vino de la casa”, cuenta, y detalla que está hecho de Cabernet Sauvignon, ni amargo ni ácido, más bien de sabor dulce. Producen también el “Elixir de la vida”, un vino cuya receta se remonta mil 200 años, cuando un alquimista Moro lo ofreció especialmente a la reina Isabel de Hungría, según cuenta don Ramiro. “Él le hizo una pócima de vino con romero, olorosa, y como seis plantas. Ha tenido mucha aceptación porque proporciona salud, la reina lo tomaba y se puso muy bonita”, explica. Rosa Pola, quien estudió Henología en Chile, explica los diferentes tipos de plantas que hay en las casi dos hectáreas de viñedo. Atrae como Pola se emociona al ver la madurez y el tamaño, color y jugosidad de las uvas, como quien ve materializado su sueño de cada año. “Ya estamos casi listos para cosechar”, cuenta. Explica que el clima de la zona beneficia la maduración de la uva: hay un intenso calor pero también aire fresco por las noches. Después de que se haga la cosecha, que durará de dos a tres días, según Don Ramiro y Rosa Pola, el vino estará listo en aproximadamente tres semanas. “Lo que nos interesa a nosotros no es tener un gusto europeo, ni de Sudamérica, lo que queremos es tener un gusto del noreste, que lo puedas combinar con un asado de puerco, que la gente que va empezando en el vino no se desilusione”, dice Rosa Pola. Don Ramiro reafirma esa idea durante la cata. Para él, ofrecer un vino que sea totalmente amargo, puede que aleje a los jóvenes. “Difícilmente le entran a algo así”, cuenta. Cabe señalar que el próximo 2 de julio se realizará en la Vinícola Maravillas la tradicional Fiesta del Pisado de la Uva. M