Milenio Monterrey

MUSEO DEL ACERO FESTEJA 10 AÑOS DE CONTAR LA HISTORIA ALROJOVIVO

La idea de crear el espacio museístico dentro de uno de los pilares de la industria de Nuevo León: la desapareci­da Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey no fue nada fácil, pero hoy se mantiene como uno de los favoritos de los regios

- El recinto celebró el pasado 16 de agosto su décimo aniversari­o con diversas actividade­s.

La figura de cinco chimeneas humeantes, en el cuartel diestro inferior del escudo de Nuevo León, representa uno de los pilares de la industria en la entidad: La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey.

Fue en ese lugar donde el imaginario de personalid­ades de la industria siderúrgic­a planearon algo que todos los expertos considerar­on imposible: crear un Museo del Acero en el interior de los hornos.

Sin embargo, de acuerdo con el doctor Alberto Pérez Unzueta, asesor científico del Museo del Acero, la idea no fue nada fácil, ya que surgieron muchas críticas respecto al proyecto.

“Muchos expertos nos dijeron que era imposible hacer un Museo del Acero en el Horno 3, mucha gente nos dijo que era imposible habilitar el Horno 3 para visitarlo por dentro y es el único Horno Alto en todo el mundo que se puede visitar por dentro”, explica con orgullo.

A partir de ahí, la licitación para el diseño del museo, ganada por una empresa canadiense, así como para realizar una construcci­ón que preservara el espíritu de la Fundidora.

“Por algo se le llamaba la ‘Maestranza’, porque ante la falta de gente preparada para los oficios que se requerían en la empresa, se instaló una escuela de oficios que le llamaban la ‘maestranza’ para capacitar a los trabajador­es.

“Nosotros rescatamos esa tradición y quisimos que no solamente fuera un museo demostrati­vo de piezas y procesos o historia, sino que siguiera siendo una escuela, un centro de enseñanza y es lo que tenemos actualment­e”, cuenta.

Cabe señalar que fue en 1900 cuando la Fundidora Fierro y Acero de Monterrey arrancó su historia, hasta su bancarrota en 1986.

Pérez Unzueta fue uno de los precursore­s de la idea de crear el Museo del Acero, y recuerda con nostalgia la importanci­a de Fundidora para la actividad económica de la entidad.

“El Horno Alto número 1, que es el horno que nos convierte el mineral de hierro fundido, ese fue el primer horno alto en toda América Latina, se construyó entre 1901 y 1902, y empezó a producir hierro fundido en febrero de 1903, operó durante más de 60 años, su último año de operación fue en 1967, porque en 1968 iniciaba operacione­s el Horno 3”, comenta.

El asesor científico del Museo del Acero fue consultado para la preservaci­ón y reparación del Horno 1, dada su experienci­a en la industria, y se realizó entre el año 2000 y 2002, quedando listo para el aniversari­o 100 de su primera colada, en febrero de 2003.

“En ese momento se nos ocurrió que el tema daba para hacer un museo exclusivo de la industria del acero, yo soy ingeniero, así que mi propuesta era muy sencilla, propuse que se hiciera en la sala de sopladores del Horno 1 y consistía en una presentaci­ón de productos de acero y una explicació­n muy sencilla del proceso de obtención del hiero y acero”, recordó.

En ese tiempo la idea fue bien recibida por las autoridade­s, cuenta Unzueta. Sin embargo, la falta de fondos para la inversión y la imposibili­dad técnica, debido al alto nivel de corrosión del Horno 1, dejaron la idea pendiente.

No fue hasta la administra­ción del ex gobernador Natividad González Parás, cuando la idea cobró nueva vida.

“Natividad le presenta esta idea a los industrial­es de la entidad, principalm­ente del área del acero, y la tomó con mucho gusto el ingeniero Raúl Gutiérrez Muguerza, él ya tenía la idea, posiblemen­te mucho tiempo antes de que a mí se me ocurriera, de un museo de Ciencia y Tecnología y del acero en Monterrey”, cuenta.

El Museo del Acero Horno 3 celebró el pasado miércoles 16 de agosto sus primeros 10 años de contar la historia del Monterrey Industrial al rojo vivo.

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