Milenio Monterrey

LOS MUERTOS NO SE OLVIDAN.

En el Día de Muertos, miles de personas, gran parte de la tercera edad, acudieron a los panteones para recordar a sus seres queridos que ya dejaron este mundo

- Foto: Raúl Palacios

Desde temprana hora, miles de personas asistieron a los panteones del estado para visitar a sus difuntos y dejarles una ofrenda o cantarles una canción.

Desde temprana hora la tradición mexicana de visitar a los muertos se hizo presente en los distintos panteones del área metropolit­ana, y aunado a ello, como es costumbre también, el caos vehicular y el comercio informal no pudieron faltar en las zonas que colindan con los camposanto­s.

Bajo la idea de que “los muertos mueren cuando los olvidamos”, miles de personas, sobre todo de la tercera edad, fueron a celebrar al cementerio este rito tan particular en México de “convivenci­a” entre los vivos y los difuntos.

Para ello, y luego de burlar las complicaci­ones viales, cientos de estos visitantes a las tumbas llegaron con la actitud y disposició­n de darle una manita de gato al lugar del eterno descanso de sus ser o seres queridos.

De ahí que fuera común observar las cubetas, palas, herramient­as, escobas, y demás material para embellecer, aunque solo por un día, la casa de aquellos que se adelantaro­n en el camino, en ese en el que no hay regreso.

A los cuales, como comentó una de las visitantes al panteón San José, en Monterrey, además de rezarles sus rosarios, y adornarles con flores su lápida, se les pide “que nos cuiden de allá de donde andan”.

Cabe destacar que en panteones como El Roble o Tepeyac, el ingreso a los mismos se permitió desde muy temprana hora, y no a partir de las ocho de la mañana, horario en el que se supone se abre el lugar para recibir visitas.

En estos lugares, por ejemplo, no se permitió que los visitantes ingresaran al panteón en sus vehículos, situación que sí se pudo observar en el San José.

Preciso señalar que en la mayoría de los panteones fue evidente también el deterioro en el que se encuentra una gran cantidad de tumbas, por lo cual se convierten en trampas mortales para los visi- tantes, por tal motivo, los trabajos de Protección Civil para etiquetar esos lugares con la famosa cinta amarilla, se vuelven clave para lograr el saldo blanco que se espera en este día especial.

Por otra parte, se pudo apreciar en avenidas como Miguel Alemán, Constituci­ón o carretera Nacional, altares, ofrendas o cruces para recordar a un ser querido fallecido en esos lugares a causa de un accidente vial, y para recuerdo de todos la insegurida­d vial que se vive en la entidad misma que deja al año más de 400 muertes en las calles de Nuevo León.

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