“Y causó polémica en las redes...”
Ese, señores, es el título perfecto cuando no hay una nota real que publicar. Estoy de verdad impactada de cuántas notas en medios tradicionales ya empiezan de esa manera. En el caso de Justin Timberlake en el Superbowl, por ejemplo, es verdad que su presentación le encantó a muchos y a otros les pareció absolutamente desangelada.
En lo personal me gustó. Y hay muchas notas alrededor de su regreso al escenario que verdaderamente SÍ causó polémica con los puristas (las redes no jugaban en ese Súper Tazón aún), cuando expuso, según él sin querer, el pezón de Janet Jackson. La división de la familia de Prince respecto a su homenaje, la cantidad de músicos que participaron, los terrores de Prince en algún día volverse un holograma, el hecho de que tomó (como le contó a Jimmy Fallon) las grabaciones originales de “I Would Die 4U” de Prince… ¡Todas esas son notas! No lo que puso la gente en Twitter. Sobre todo cuando está tan dividido.
Así como las encuestas que ya nos están ahogando este año, hay que entender que las redes sociales no son representativas más que de ciertos sectores de la sociedad, no una voz masiva que da una opinión de lo que es cierto o falso en nuestra actualidad.
Y de ahí me voy a temas más serios. La cobertura de cada una de las mujeres que han salido a hablar de los abusos vividos en la industria del entretenimiento tiene cantidades brutales de comentarios después de cada uno de ellos. Y he visto una innumerable e imperdonable cantidad de veces la cabeza en redes: “¿Y tú qué opinas?, ¿hubo o no hubo abuso?”, seguramente para crear interacción.
No puedo más que citar al académico y político estadunidense Daniel Patrick Moynihan, quien en una discusión se le atribuye haber dicho: “Usted está en todo su derecho a tener su propia opinión, pero no sus propios hechos”. (Alguien debería decirle eso a Donald Trump).
El hecho es que mucha gente vive confundida con ese sencillo concepto. No es lo mismo una opinión que algo comprobable, algo que ocurre u ocurrió. Y claro, no es el caso de Timberlake. Ahí si nos gustó o no, es cosa de cada quien, pero la información va mucho más allá que la manifestación de ello en las redes.
Y en tantas cosas más, con tal de ganar a un público, los hechos se están convirtiendo en la opinión de ese ente llamado redes sociales. Y eso, señores, es un peligro.
¿En serio?
¿Robbie Williams no piensa volver a cantar “Angels” en vivo nunca más? ¿Qué sigue? ¿Emmanuel dándole la espalda a “Toda la vida”?