Trump apoya mejora a control de antecedentes
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su apoyo a un esfuerzo bipartidista para mejorar un sistema nacional de verificación de antecedentes para la compra de armas, en medio de llamados urgentes a una reforma a raíz del tiroteo en una escuela de Florida. “Mientras las discusiones están en curso y se están considerando revisiones, el presidente apoya los esfuerzos para mejorar el sistema federal de verificación de antecedentes”, indicó en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Decenas de personas, la mayoría estudiantes de escuelas del área metropolitana de Washington, se manifestaron ayer ante la Casa Blanca para pedir un mayor control de armas.
Trump se ha visto sometido a una presión cada vez mayor para tomar medidas después de que el miércoles un adolescente identificado como Nikolas Cruz, ex alumno de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, Florida, abriera fuego en los pasillos del centro matando contra estudiantes y maestros, con saldo de 17 muertos.
Cruz, de 19 años, compareció ante un tribunal de Fort Lauderdale, para una audiencia técnica en la que no habló. Fue su primera aparición pública desde que fue detenido sin derecho a fianza por cargos de asesinato premeditado.
El adolescente obtuvo la autorización para comprar su arma, un fusil semiautomático, a pesar de tener antecedentes policiales de comportamiento violento. Estudiantes que sobrevivieron al ataque llamaron a una marcha en Washington para exigir cambios en las leyes de armas de EU, desafiando a Trump y a la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA).
Sanders dijo que Trump había hablado con los senadores Chris Murphy (demócrata) y John Cornyn (republicano), patrocinadores de un proyecto de ley para establecer una base de datos nacional, exigiendo a los estados y las agencias federales que informen con más frecuencia sobre delitos que impedirían que un individuo compre un arma.
Pero se trata de una solución técnica limitada, que deja sin resolver el problema más amplio de las permisivas leyes de armas bajo una enmienda constitucional que protege el derecho a portarlas.
Normalmente en lados opuestos del debate sobre armas, los republicanos y demócratas se unieron en noviembre después de que un hombre irrumpiera en una iglesia de Texas para matar a 26 personas, en uno de los tiroteos masivos más mortíferos.
Ese tirador, Devin Kelly, pudo comprar armas a pesar de una condena por violencia doméstica que lo llevó a ser expulsado de la Fuerza Aérea y que, por ley, debería haberle impedido comprar o poseer armas de fuego. Pero la condena no estaba en el registro de verificación de antecedentes judiciales, lo que expone una gran debilidad en el sistema. Después de tiroteos masivos anteriores, Trump ha hablado poco sobre las armas, centrándose en cambio en la salud mental de los tiradores.
Una encuesta de opinión de la Universidad de Quinnipiac en noviembre descubrió que el apoyo a las verificaciones universales de antecedentes llegaba a 95 por ciento de los votantes, un máximo histórico.