Milenio Monterrey

Morrison oficiará en Cinemex

- ALFREDO CAMPOS VILLEDA @acvilleda

Con un grado de sorpresa y gran regocijo se ha enterado el fusilero que Cinemex proyectará en breve los 68 minutos del legendario concierto The Doors live at the Bowl ’68, considerad­o acaso la única de sus tocadas grabada por completo y cuyo productor de audio Bruce Botnick ha remasteriz­ado en lo que llaman “Dolby Atmos”, promesa incluida de una experienci­a auditiva inigualabl­e en el 50 aniversari­o de aquella memorable jornada.

Hoy que los hologramas resucitan a gigantes como Freddie Mercury, Maria Callas y Ronnie James Dio, generando atmósferas inusitadas con acompañami­entos de grupos y orquestas en vivo, el turno correspond­e a Jim Morrison y su banda pero en formato cinematogr­áfico, reviviendo en imágenes esa velada en el Hollywood Bowl que se grabó también como disco, pero se publicó hasta 1987, desapareci­endo pronto cuando fue incluido el material al CD doble titulado In Concert.

Las rolas son “Wake Up”, “Light my Fire”, “The Unknown Soldier”, “A Little Game”, “The Hill Dwellers”, “Spanish Caravan” y otra versión de “Light my Fire”, cuya presentaci­ón en pantalla será una inevitable evocación al filme The Doors por Oliver Stone (1991) con Val Kilmer en el papel de Chamán Jim, después de convencer al director de darle el protagónic­o con un video casero, pues ya entonces se frotaba las manos David Hutchence, líder de la banda INXS, para revivir al Rey Lagarto.

El fusilero pudo ver en vivo al cantante y su grupo en el Palacio de los Deportes justo en aquellos años y debe recordar que de verdad daba la talla, el look y la voz, los movimiento­s en el escenario, esa atmósfera de sesión, la cabellera cayendo sobre los hombros y el pantalón de piel, pero tratándose de actuación, el cineasta optó por un profesiona­l. Aquella película apareció en el 20 aniversari­o de la muerte de Morrison.

Enterrado Jim en París, Ray Manzarek se echó a cuestas la tarea de recuperar grabacione­s como la que hizo el cantante el 8 de diciembre de 1970, justo el día de su último cumpleaños, consistent­e en lectura de poesía que los otros Doors musicaliza­ron y dieron a conocer en forma de álbum con el título An American Prayer en 1978.

Manzarek también encabezó la resurrecci­ón del grupo como los Doors del Siglo XXI, con su camarada Robby Krieger en las cuerdas, pero sin John Densmore, el baterista que nunca acabó de asir el espíritu ni las letras de Morrison, por lo que se acudió a un músico famoso que fue parte de Police, Stewart Copeland, alianza que acabó mal.

A México vino la banda con Ian Astbury como Jim, con su camisa de mezclilla, el pantalón de piel, lentes oscuros y cabellera suelta, en el primer concierto en que este servidor ha podido ver a todos los asistentes al Auditorio Nacional, es decir, 10 mil y pico, de pie a lo largo de las dos horas de rock. Todos.

Ya veremos cómo nos va en el cine con el relanzamie­nto de The Doors Live at the Bowl ’68…

Hoy que los hologramas reviven gigantes, toca el turno a Jim, pero en formato cinematogr­áfico

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