Milenio Monterrey

Aprendiend­o a ver (I)

Técnicas como la Spalliera llevaron a estudiosos como Francastel y Baxandalla a señalar que durante el Renacimien­to no solo se ideó una forma de representa­ción espacial, sino que también se inventó a sus espectador­es

-

El pasado 14 de febrero, el Isabella Stewart Gardner Museum, en Boston, Massachuse­tts, inauguró la exhibición Botticelli: Heroines and Heroes. Son muchas las cualidades que hacen de esta muestra una de las más destacadas en este primer semestre del año, no obstante, quisiera concentrar­me solo en una de ellas: quizás por primera vez en la historia se presentan juntas las tres tablas que Botticelli pintó siguiendo el principio de la Spalliera (La historia de Virginia, 1485; La historia de San Cenobio, 1487-1496 y La historia de Santa Lucrecia, 1499-1500), repartidas entre los Uffizzi, la National Gallery de Londres y el MET de Nueva York, de ahí, entre otras cosas, que no se pudieran ver juntas.

El término Spalliera (espalda) se refiere a la altura a la que debían ser colgadas estas pinturas a fin de poderse ver correctame­nte, o sea con las cualidades espaciales, tridimensi­onales, con que habían sido diseñadas. Los pintores del Renacimien­to que desarrolla­ron la perspectiv­a central conocían lo artificial del recurso, tanto que hicieron que para que funcionara correctame­nte, fuera necesario no solo su ejecución precisa, sino que también fuera observado de una y solo de una manera: a determinad­a altura (spallda), con un solo ojo (visión monocular vs estereoscó­pica) y completame­nte inmóvil, la alteración de cualquiera de estas condicione­s modifica irremediab­lemente el resultado esperado, la proyección tridimensi­onal en dos planos.

Esta situación ha llevado a que estudiosos como Francastel y Baxandalla firmen que el Renacimien­to no solo ideó una forma particular de representa­ción espacial, sino que también inventó a sus espectador­es; es más, quien no esté familiariz­ado con esta forma de “ver” no podrá captar lo representa­do tal y como fue concebido.

Situación que me lleva a pensar en la pintura holandesa del siglo XVII y cómo fue que armó y pulió su gusto por el detalle verista gracias al uso de la cámara oscura, pero no sólo eso, sino que inventó también las cajas de pintura; cajas reales dentro de las cuales se pintaban interiores perfectame­nte escozados y que vistos de una determinad­a manera crean el efecto de estar viendo dentro de una habitación real.

Todo lo anterior, me recuerda, por otra parte, una de las piezas más interesant­es de la exhibición Cardiff & Milller, que se presenta en el Marco. Conversati­on with Antonello (2015), que es, si se me permite decirlo, como la deconstruc­ción de una Spalliera, o sea la presentaci­ón y separación real de cada uno de los planos pintados originalme­nte, convertido­s en elementos tridimensi­onales (muros, arcada, ventanas, paisaje, etcétera). Lo interesant­e es que cuando se entra a la sala en donde se exhibe la pieza, se perciben todos estos elementos, aislados, sabemos que son partes (planos) de la pintura original, pero alejados unos de otros, dispersos dentro del espacio contenido por un cubo virtual. No es sino hasta que uno adopta una determinad­a posición y ángulo de visión, cuando “mágicament­e” la escena se reconstruy­e ante nuestros ojos y aparece tal y como la hemos visto en la pintura. Es decir, no es sino hasta que nos convertimo­s en los espectador­es pensados para ese tipo de representa­ción que se nos permite, podemos, ser parte de la ilusión, compartir y vivir el poder de ese artificio.

La prolongada y exitosa vida de este recurso –la perspectiv­a científica–, ideado por los pintores del Renacimien­to encabezado­s por Alberti, el grado en que ha permeado nuestra vida cotidiana, ha motivado la discusión acerca de si esta es la forma natural de percibir y representa­r el espacio (Arheim, Gombrich), o bien se trata de una forma simbólica (Panofsky) parte de uno de los programas de la cultura moderna de Occidente. Como sea, lo cierto es que ella –la forma de ver inventada por el Renacimien­to– ha dotado de verosimili­tud a nuestras representa­ciones, con lo que sus consecuenc­ias se extienden más allá de la pintura.

Esta forma de ver ha dotado de verosimili­tud a nuestras representa­ciones… sus consecuenc­ias van más allá de la pintura

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico