Un domingo por el aire limpio
Las imágenes de la tarde del domingo son impactantes. De entrada, porque es impactante ver a niños recordándoles a sus padres y abuelos lo irresponsable que resulta poner cualquier cosa por encima de la salud de la población, poner un bien inmediato por encima de un bien sostenible en el futuro, o poner el bien de algunos por encima de un bien necesario para todos.
“Cuida tu futuro, queremos aire puro”, gritaban al acercarse a la Explanada de los Héroes con una gran lona que exigía el respeto al derecho de todos a respirar sin riesgo.
Pero las imágenes impactaban también por otra razón. Mientras estos niños y sus padres marchaban, la calidad del aire era “Mala” en cuatro de las estaciones metropolitanas del Sistema Integral de Monitoreo Ambiental (SIMA).
¡Y era domingo!
En las diez estaciones restantes, la calidad del aire era “Regular”. Horas antes, seis la reportaban “Mala”. Y la hora pico de todas estas nada tenía que ver con el tráfico de automóviles: se dio a las 12 de la noche.
Esta situación descubre la complejidad del problema de la contaminación regia y de sus posibles soluciones. Las partículas dañinas para la salud difícilmente quedarán erradicadas si los autos están bien afinados o pasan alguna verificación. En nuestra ciudad, las partículas PM 10 y PM 2.5 provienen de muy diversas fuentes, algunas móviles, pero la mayoría fijas, tanto industriales como de área (tierras sin vegetación).
Así son los días usualmente en nuestra ciudad: el aire que respiramos deja mucho que desear. Solo en 2019, más de la mitad de los registros de las estaciones de monitoreo han reportado “Mala” calidad.
Lo que no es usual es una marcha de niños demandando mejoría; tanto, que lograron sacudir a la comunidad y sus distintos actores sociales. Han reaccionado diputados, alcaldes, empresarios. Ayer mismo, el sector industrial se comprometió, con un desplegado, a actuar sobre las fuentes contaminantes de su área de competencia.
En una de esas, a los niños les vamos a deber la mejoría.