Luto, trolls y violencia
Es absolutamente ridículo pensar que alguien se atreviera a atacar en las redes a una chica de 18 años, que acaba de perder a su muy joven padre de manera súbita, pero le pasó a la hija de Luke Perry, Sophie, a unos días del trágico evento. Esta mujer tiene todo mi respeto, porque respondió algo que es muy difícil de hacer, y es que su forma de vivir el luto es personal, propia y no propiedad del prójimo y el desconocido para juzgar. Con palabras fuertes, pero una claridad que ya quisiéramos muchos que se supone, somos los adultos, agradeció los lindos mensajes, pero dejó claro que ella se va a vestir, salir y vivir el duelo como mejor lo entienda. Y vaya que esa es una conclusión importante y sana.
Pero, ¿qué nos está pasando con esta sociedad cuando ya resulta completamente natural insultar a través de las redes a una chica que acaba de perder a su padre? Por más famoso que Luke Perry haya sido.
Eso es un nivel de violencia que está saliendo como una olla exprés a través de las redes sociales, porque en la vida real prácticamente ninguno de estos cobardes da la cara.
La situación está tan dividida que Sophie recibió ataques también por sus convicciones políticas, asunto que sabemos bien no solo ocurre en Estados Unidos con los partidarios de Trump vs. los sensatos.
En México no deja de impresionarme cómo, aunque se trate de tragedias, tristezas o incluso cosas buenas, la mayoría de la gente que tiene una postura política, sin importar cuál sea o hacia qué bandera se declaren, será juzgada por eso.
Sin embargo, ese acabará siendo el tema de la conversación en el futuro. Y sí, no es novedad también ver horribles mensajes por todos lados como los que recibió Sophie: “Podrás ser un famoso actor, pero eres una escoria por haber votado por... o por no haber apoyado a…”. Ya nos la sabemos.
Esta chica estaba en África cuando se enteró de la tragedia y voló 20 horas solo para poder despedirse de su padre.
Pocos días después, sus amigos la invitaron a salir para distraerse un poco del dolor y fue fotografiada. Por cualquiera. Ya cualquiera tiene ese poder. Así que fue satanizada. Agredida y lastimada durante lo que ya era, de por sí, el peor momento de su vida.
Cuando veo casos como el de la hija de Alejandra Guzmán haciendo declaraciones sobre miembros de su familia con gusto y placer, francamente no puedo entender qué debe estar pasando para querer ponerse en el ojo del huracán de esa manera.
Incluso pienso en gente de bien, como aparentemente lo es Sophie, que en nuestro país vende sus alegrías a algunos medios solo para descubrir que sus tristezas vienen en paquete con ellas.
Seamos mejores.
La hija de Luke Perry voló 20 horas desde África para despedir a su padre