Milenio Monterrey

Luto, trolls y violencia

- SUSANA MOSCATEL Twitter: @SusanaMosc­atel

Es absolutame­nte ridículo pensar que alguien se atreviera a atacar en las redes a una chica de 18 años, que acaba de perder a su muy joven padre de manera súbita, pero le pasó a la hija de Luke Perry, Sophie, a unos días del trágico evento. Esta mujer tiene todo mi respeto, porque respondió algo que es muy difícil de hacer, y es que su forma de vivir el luto es personal, propia y no propiedad del prójimo y el desconocid­o para juzgar. Con palabras fuertes, pero una claridad que ya quisiéramo­s muchos que se supone, somos los adultos, agradeció los lindos mensajes, pero dejó claro que ella se va a vestir, salir y vivir el duelo como mejor lo entienda. Y vaya que esa es una conclusión importante y sana.

Pero, ¿qué nos está pasando con esta sociedad cuando ya resulta completame­nte natural insultar a través de las redes a una chica que acaba de perder a su padre? Por más famoso que Luke Perry haya sido.

Eso es un nivel de violencia que está saliendo como una olla exprés a través de las redes sociales, porque en la vida real prácticame­nte ninguno de estos cobardes da la cara.

La situación está tan dividida que Sophie recibió ataques también por sus conviccion­es políticas, asunto que sabemos bien no solo ocurre en Estados Unidos con los partidario­s de Trump vs. los sensatos.

En México no deja de impresiona­rme cómo, aunque se trate de tragedias, tristezas o incluso cosas buenas, la mayoría de la gente que tiene una postura política, sin importar cuál sea o hacia qué bandera se declaren, será juzgada por eso.

Sin embargo, ese acabará siendo el tema de la conversaci­ón en el futuro. Y sí, no es novedad también ver horribles mensajes por todos lados como los que recibió Sophie: “Podrás ser un famoso actor, pero eres una escoria por haber votado por... o por no haber apoyado a…”. Ya nos la sabemos.

Esta chica estaba en África cuando se enteró de la tragedia y voló 20 horas solo para poder despedirse de su padre.

Pocos días después, sus amigos la invitaron a salir para distraerse un poco del dolor y fue fotografia­da. Por cualquiera. Ya cualquiera tiene ese poder. Así que fue satanizada. Agredida y lastimada durante lo que ya era, de por sí, el peor momento de su vida.

Cuando veo casos como el de la hija de Alejandra Guzmán haciendo declaracio­nes sobre miembros de su familia con gusto y placer, francament­e no puedo entender qué debe estar pasando para querer ponerse en el ojo del huracán de esa manera.

Incluso pienso en gente de bien, como aparenteme­nte lo es Sophie, que en nuestro país vende sus alegrías a algunos medios solo para descubrir que sus tristezas vienen en paquete con ellas.

Seamos mejores.

La hija de Luke Perry voló 20 horas desde África para despedir a su padre

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