El amigo y el mecenas

Escribo esto el día que entraste al quirófano. Memo, llevaste la existencia al límite de tus capacidades, le diste tanto corazón, que ve lo que sucede, lo alteraste, lo hiciste latir a otro ritmo, le agotas como a todo el que trata de seguir tu camino. El nombre Guillermo Sepúlveda significa arte, ética y lealtad en lo que crees, Memo, nunca te has traicionado. Julio Galán es tu avatar, es el espíritu que te cuida, el santo al que le pones veladoras, en quién te fuiste a refugiar, en un espíritu perdido por su obsesión con la creación y la destrucción, ahí vas, a seguir observando sus pinturas, descubriéndolas todos los días, y encontrando en ellas un espejo. Exponer en tu galería, para muchos artistas, es un privilegio, es un Partenón en el que se miden los que tienen oficio, compromiso, arrojo. La Galería Arte Actual Mexicano, que fundaste en Monterrey, es un capricho de tu amor a la belleza y al trabajo de hacer que exista, es tu refugio, tu cueva, iniciaste con esta misión en un momento en que la sociedad de esa ciudad no estaba interesada en el arte, y aun así, con necedad y sin pensar en las consecuencias, te decidiste a irrumpir con tus ideas y tu estética. Creíste en artistas jóvenes, viajaste a conocer sus talleres, los mostraste aun en contra de las críticas, y eso demostró que tenías la entereza de seguir adelante. Mantuviste ese proyecto, ese sueño, a pasar de traiciones, de la falta de apoyo, hasta de los “nuevos eruditos” que quieren existir hablando de ti. Coleccionista obsesivo, reúnes piezas con la voracidad con la que te tragas la vida, las quieres todas a tu lado, las expones en tu casa, la guardas en la memoria, las platicas y las describes, las cargas en la conciencia, no las dejas ni cuando vas de viaje, tú mismo eres un museo ambulante, hablas y cada una de tus memorias llevan la escenografía de una obra, de un artista, de la sensación que te provoca ver arte. Excesivo, hedonista, obstinado, no obedeciste a nadie, te dejas guiar por la inconstancia de tu corazón, por su arbitrario deseo de acumular belleza, lloraste a Julio, te consagraste a no olvidarlo, le hiciste exposiciones, con la certeza de que el niño reía y se escondía para no ver a la gente. Memo, has tenido de cómplice a un fantasma, le hablas todos los días, le platicas y lo regañas, y él te sigue, con su extravagancia que te ha convertido en el desobediente rebelde que eres. Memo, aún queda mucho arte por ver, aún te faltan más desilusiones, más aventuras, y nos debes a todos una historia completa de tu vida, para que aprendamos a ser tan necios y gozosos como tú lo eres, a no arrepentirnos. Eres el artista más importante de tu galería, tu vida es una obra que has pintado con tanto cuidado que nadie, nadie será capaz de copiarla.

Tu vida es una obra que has pintado con tanto cuidado que nadie, nadie será capaz de copiarla