¿Y había sindicatos?
Ayer presentó su libro Mujeres, trabajo y región fronteriza. Cuando se habla del desarrollo industrial del noreste de México y Texas a finales del siglo XIX se narra el papel de los hombres en trabajos pesados como la fundición o el ferrocarril.
Pero con el libro Mujeres, trabajo y región fronteriza, Sonia Hernández, investigadora de la Texas A&M University, propone otra visión donde destaca el activismo femenino en industrias que generaban productos básicos hacia el nuevo siglo que llegaba.
Su investigación se presentó en el auditorio del Museo del Noreste ayer por la noche con apoyo de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, pero a continuación se presenta una entrevista con la autora.
¿Cómo fue la participación de la mujer en el desarrollo industrial del noreste de México y el Valle de Texas a finales del siglo XIX y comienzos del XX? Me parecía algo sorprendente e
increíble leer estudios sobre el desarrollo económico del noreste mexicano y el sur de Texas sin mencionar a las mujeres.
Se estudiaron las industrias pesadas como las fundidoras o el ferrocarril, pero las mujeres no participaban ahí, eran pocas, pero ellas se involucraron en las industrias livianas como las fábricas de textiles, el tallado de ixtle, de enrollado del tabaco o en la producción de piloncillo. Entonces, desempeñan un papel crucial porque estas “Claro, antes de que se legalizaran los sindicatos, las mujeres ya en forma colectiva, o individual, también promovían derechos de la mujer, equidad de género”. industrias atendieron las necesidades básicas de una creciente población de trabajadores locales junto a los migrantes.
Documentas que en algunos casos las mujeres tenían paridad en cuestión de salarios, pero en otros no, ¿cómo era esta situación? Vuelvo a lo que decía: la historiografía del noreste mexicano se escribe que siempre en el norte los sueldos eran más altos. Y sí, en general así pasaba con sueldos más altos en la fundición, o en cervecería Cuauhtémoc por ejemplo. En la Cigarrera se pagaba muy bien, donde una mujer podía ganar más que un peón, pero también vemos sueldos muy bajos como pasaba en una fábrica de tallado de ixtle a las afueras de Monterrey, con 18 empleados la mayoría mujeres, donde se les pagaba el jornal a 18 centavos cuando en Cigarrera eran casi 3 pesos. No siempre la mujer ganó menos y no siempre en el norte se ganó más.