Progresistas en América Latina
Una nueva tendencia recorre América Latina y, en general, los países de habla hispana, dando esperanzas a los pueblos que por siglos han luchado y demandado una nueva forma de entender la política, ejercer el poder y propiciar el desarrollo de las sociedades. El progresismo, más que una propuesta ideológica, es una tendencia política, donde se defienden e impulsan ideas, políticas y planteamientos orientados al desarrollo de un Estado del bienestar, a la defensa de los derechos y libertades y a una distribución de la riqueza más justa y equilibrada.
Para que esta tendencia avance y se afiance en nuestro continente, resulta necesario que los países y ciudades donde las visiones progresistas han logrado conquistar la mayoría electoral desarrollen una estrategia con visión de largo plazo. Es decir, se necesita visión de futuro, para adueñarse del mañana.
Suena ambicioso, pero debe recordarse que con planteamientos de gran calado las naciones de nuestro continente rompieron con siglos de dominación colonial y dieron una nueva configuración mundial. Además, los desafíos del presente obligan a un nuevo impulso, a diseñar y poner en práctica una estrategia para detener el avance de la derecha conservadora, porque este avance representa un retroceso de los importantes logros conseguidos en los últimos 30 años en varios de nuestros países.
Pese a los obstáculos, que son muchos y muy poderosos, soy optimista respecto al futuro de la tendencia progresista en nuestro continente y nuestro país. El importante triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México, en las elecciones del año pasado; la renovación de mandatos en Bolivia y Uruguay; el desarrollo de las fuerzas progresistas en Colombia; así como la crisis del gobierno argentino de Mauricio Macri, abren importantes expectativas de una nueva correlación de fuerzas en el continente.
De igual modo, nuevos movimientos sociales y organizaciones de trabajadores están vigentes y en pie de lucha; junto al nuevo protagonismo de la mujer en exponencial crecimiento y al surgimiento de innovadores medios de comunicación alternativos, que rebasan los viejos esquemas, hoy más que nunca resulta vigente afirmar: en democracia, gobernar es comunicar.
Necesitamos prepararnos para ofrecer a la sociedad soluciones viables a la crisis de violencia e inseguridad que se vive en el continente, ideas efectivas para acabar con el drama que significa la migración y, lo más importante, generar condiciones de igualdad para lograr el bienestar de nuestros pueblos.
Este fin de semana, en Puebla, por espacio de dos días, nos reuniremos una treintena de líderes y representantes progresistas, provenientes de 10 países de nuestro continente. Es un logro significativo por el número y por la trayectoria de los participantes. Este encuentro nos facilitará intercambiar ideas y experiencias que nos permitirán a cada uno de los asistentes mejorar su desempeño, ya sea en la disputa del poder público o en el ejercicio de gobierno que demanda una nueva concepción de la política en una sociedad cada día más participante.
Este fin de semana, en Puebla, 30 líderes de 10 países intercambiaremos experiencias