¡Van a topar con pared!
¿Verdad, senador, que es usted bueno, santo y puro?
—Por supuesto, lo dice mi fe de bautismo. —Bueno, también guapo...
—Lo que se ve no se pregunta, como diría Juan Gabriel.
—Pero solo para el registro, usted, en su papel de secretario de Gobernachong, probo y patriota ejemplar, sabía que Javier Du arte había llegado aun acuerdo con el gobierno de mi licencia do Peña Nieto para entregarse y fingir sorpresa cuando ya todo estaba más arreglado que las peleas de Kahwagi.
—Por supuesto esto es falso de toda falsedad, como diría Rober tic oLimontaMadr azo, una infamia total.
—Eso lo sabíamos desde el principio, pero había que preguntarlo, ya ven cómo sus enemigos que nada más le tienen envidia y mala fe.
—Así es, gente que le cree al señor Duarte no tiene ninguna credibilidad. Si ocurrió ese acuerdo a mí nadie me dijo, ni me avisó, ni nada.
—Bueno, tal vez estaba ocupado en otras cosas fundamentales en la vida de los pueblos y no le llegó el whats del teléfono rojo.
—Sí, como la Patria es primero, uno no puede andarse distrayendo por cualquier cosa. —Claro, como con lo de la graciosa huida del Chapo Guzmán. —Ya sabe, estaba resolviendo lo de las autodefensas en Michoacán, que quedó tan padre, y no había señal.
—Muy presente lo tengo yo. Sin embargo, licencia do, lo persiguen como si usted hubiera hecho todo el show de Ja vidú con la asesoría de García Luna Productions y Tomás Sembrón.
—¡Patrañas! Igual que la encuesta maiceada que hizo un tal Jairo Calixto en el Twitter.
—¿Chairo Calixto?
—Ese canalla. En esa llamada Encuesta Salvajemente Tuitera le preguntó a sus bots que si tuvieran que prestarle su coche a Juan Collado, Zavala Zavalita, Duarte o yo, ¿a quién le darían las llaves?
—Seguramente ganó usted, mi Lord. Ni modo que le prestaran las llaves a Lozoya, al que solo le falta estar metido en el atraco de Juan Osorio y por haberle prestado unos videos muy hot al de La Luz del Mundo. O a Collado, que haría perdidizo el coche en la Caja Libertad. —Eso es lo que cualquier persona decente hubiera pensado, pero, maldita sea, esos seres más nefastos que quienes estuvieron siempre en contra de la verdad histórica, prefieren prestarle su nave a Duarte, a ¡Duarte!, en vez de a mí que soy un dios para mí mismo.
—Ya dijo que Javidú va a topar con pared, lic.
—Lo dije y se lo repito: “La tolerancia tiene sus límites”.
En lo de Duarte todo estaba más arreglado que las peleas de Kahwagi