¿Qué pasa en Israel?
El orgulloso pueblo judío que sufrió las más execrables atrocidades del nazismo sobrevivió gallardamente al holocausto. Fue capaz de transformar a Israel, con la ayuda de Estados Unidos, en un país del primer mundo. Desde la década de los cincuenta del siglo pasado ha sido favorecido por la solidaridad y simpatía de la mayoría de las naciones de mundo. Sin embargo, Israel está cambiando. Dejó de ser el país de Abba Eban, de Shimon Péres y de Isaac Rabin. El gobierno fundamentalista del primer ministro, Benjamín Netanyahu, parece imitar a sus antiguos victimarios de Alemania. Ahora, no solo destruye a sus vecinos, sino confirma sus deseos expansionistas. Usurpa territorios palestinos y anuncia sus deseos de invadir Jordania.
Este no es el país que respetan las naciones libres. No es el Israel que conozco. Y no corresponde a la conducta de mis amigos judíos. Hace años, cuando era secretario general
adjunto de El Colegio de México, me invitó la Universidad de Tel Aviv a participar en un ciclo de conferencias para honrar la memoria del destacado académico, político y diplomático Abba Eban, uno de los fundadores del Estado de Israel.
Doña Rosario Castellanos era nuestra embajadora y nos concedió, a doña María Elena, mi esposa, y a mí, el honor de compartir sus experiencias en esa región del Medio Oriente. El doctor George Wise, distinguido empresario de la industria del papel, organizó y supervisó el viaje en su recorrido, incluyendo nuestro encerramiento en un hotel ateniense consecuencia de un golpe de Estado cuyo objetivo era derrocar al gobierno opresor. El levantamiento se inició cuando viajábamos a Delfos y concluyó con el derrocamiento de la dictadura para llevar a un nuevo gobierno y a Melina Mercuri a la Secretaría de Cultura. Y a nosotros, gracias a nuestros amigos de Israel, aseguramos un asiento en
El Al para cumplir nuestro compromiso con la Universidad de Tel Aviv. Su apoyo se ofreció con una discreción y una elegancia inigualable. Era un judío auténtico. Sin duda la imagen de lo que es el pueblo hebreo.
La visita nos llevó a todos los confines del territorio israelí. No hubo un solo lugar histórico que no visitáramos. Desde los lugares bíblicos incluyendo la humilde cuna donde se atribuye el nacimiento de Jesús Cristo, Jordania, el Mar Muerto y las lomas del Golán, entre otros. Con doña Rosario Castellanos entrevistamos a jóvenes que trabajaban en las mañanas, en las tardes asistían a universidades y en la noche se preparaban para defender su territorio. Con el apoyo de un amigo sefardita, que hablaba un delicioso español antiguo, pasamos días en Kibuts y pudimos percibir la geografía del territorio y la responsabilidad social del pueblo y la defensa de las nuevas instituciones. Un país y un pueblo extraordinario.
Han pasado muchas aguas bajo los puentes desde ese tiempo. Sorprende el autoritarismo del primer ministro, Netanyahu, el desvío de los ideales progresistas y el desprecio que manifiesta con sus adversarios. En algunos casos el odio. El mismo del que fueron víctimas en el holocausto.
Ahora Israel adelanta nuevas elecciones para el 17 de septiembre. Netanyahu promete, si gana, anexar el Valle del Jordán, en Cisjordania. Sin duda, un contrasentido histórico. El pueblo de Israel tiene la oportunidad histórica de borrar diez años de conflictos internacionales provocados por un hombre autoritario que mucho ha perjudicado la democracia, la imagen de los judíos y el espíritu progresista del pueblo hebreo. ¿No cree usted?
Usurpa territorios palestinos y anuncia sus deseos de invadir Jordania
Israel tiene la oportunidad de borrar 10 años de conflictos internacionales