Clara Luz, su renuncia y el menosprecio priista
Si en México hubiera una escuela para políticos, esa sería el PRI, histórico semillero de grandes líderes. Algunos ya desaparecidos, muchos de ellos siguen hoy dando ejemplo de que, dentro y fuera del tricolor, han sido factor importante en las transformaciones del país.
El siglo XX parió a políticos muy destacados como Jesús Reyes Heroles, Porfirio Muñoz Ledo, el nuevoleonés Alfonso Martínez Domínguez, Manuel Camacho Solís y Cuauhtémoc Cárdenas, por citar algunos.
Casi todos tuvieron tamaños para ser presidentes de la República, pero no llegaron ni a candidatos dentro del PRI. La política es de circunstancias, de oportunidades y a veces de oportunistas.
Cárdenas y Muñoz Ledo dejaron el tricolor en 1987 y fueron menospreciados, atacados y vilipendiados, como si sus trayectorias y su visión de país no fueran en gran parte producto de su paso por el PRI.
Al año siguiente, Cárdenas demostró por primera vez que el PRI podía perder las elecciones y de hecho nunca sabremos si Carlos Salinas ganó la Presidencia de México, pero el sistema sí se cayó.
En septiembre de 2014, Jaime Rodríguez renunció al PRI porque no vio condiciones para ser candidato a gobernador y todos dentro del tricolor menospreciaron su peso político. Menos de un año después ganó las elecciones.
Clara Luz Flores acaba de renunciar a 22 años de militancia. Otra vez la soberbia, el menosprecio del PRI ante su salida, como si estuvieran en condiciones de restar al poco prestigio y las pocas posiciones que conservan después de perder la Presidencia de la República.
Ser tres veces alcaldesa de Escobedo es muestra de capacidad, de constancia y de resultados que tienen a Clara Luz desde hace un año como presidenta de la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal, gracias a un modelo de justicia cívica con calidad de exportación.
Perfiles como este son bienvenidos en cualquier partido. Más que menospreciarla, los priistas deberían de estar atentos a su próxima jugada de ajedrez.