Milenio Monterrey

«Ni tú ni Nadia Nadia pueden cambiarles»

- EMILIA LANDALUCE

Entre la bolsa y la ‘bilda’ (Bildu se declara feminista), Sánchez ha elegido a Sánchez, como si el trepartito (porque vaya si trepan) que quieren montar en Cataluña se pudiera trasladar al País Vasco. Pero allí, ya se sabe, son ‘massielist­as’. «Ertes, por la forma de ser contigo lo que más quiero». Y es evidente, derogar la reforma laboral de Báñez nos iba a dar un sopapo de realidad. Porque los ertes serían Eres y los únicos Eres en los que había cursos de cortar jamón de jabugo y se subvencion­aba irse de lumis eran los de los socialista­s en Andalucía.

Estos días nos hemos hecho calviñista­s. calvinista­s con ñ. El mandoble de la titular de Economía a los latinajos que Pablemos firmó con los abertzales (él, pensarán, tiene un aberchalé en Galapagar) nos ha hecho fantasear con la caída del Gobierno. Pero Iglesias tiene lo que quiere: el poder y un porrón de sueldos para repartir. ¿Y Alberto Garzón? Es capaz de reescribir la cigala y la hormiga como cuento aleccionad­or de obreros si le garantizan que conservará la cartera de ministro y el coche oficial estacionad­o en la plaza de minusválid­os. Lo que es evidente es que Garzón nunca vio El turismo es un gran invento porque segurament­e prefería ver películas independie­ntes bielorrusa­s con subtítulos en iraní (de ahí su caca o mental ). El chavales es pe si to porque no solo ha dichoque nuestra mayor riqueza( el turismo) no tiene valor añadido sino que además va acepillars­e alas aerolínea s con sus declaracio­nessobre las devolucion­es. El ministro de Consumo no quiere que se consuma, la ministra de Igualdad no quiere que seamos iguales y la de Trabajo nos va a mandar a todos al paro. Menos mal que vino Cal viñ opa radar unBáñezd ere alidada este oxímo ron ministeria­l en el que el vicepresid­ente solo gobierna en clave de rey Sol pero sin Montes pan. Simancasf in ez za dio con el relato: la culpa es del PP por no garantizar su apoyo al Gobierno en la prolongaci­ón del estado de alarma. Pero claro... toda la baronía sociata (salvo, al parecer, Lastra) sabe que mantener la reforma laboral es una de las condicione­s de Europa para que suelten la pasta.

Cualquiera imagina la cara de Calviño recibiendo los avisos de los medios sobre el pacto con los bildus. O sus pesadillas sin duda pobladas de pablemos y garzones, convertido­s en dúo cómico de la pandemia, comunistas de salón y con seguridad reforzada por Marlaska. Lo normal. No solo están temerosos de los que no llegan a fin de Hermès; la epodemia ha perdido el pulso de la calle y temen el escrache de sus indignados. «Ni tú ni Nadia pueden cambiarme»,

El pacto conBildu ha tenido la capacidad de unir al P SO E. Pese a la dialéctica antiRajoy, pocos ignoran que Montoro y compañía dejaron un país más ágil para resistir la crisis. La diferencia con 2012 es evidente. Entonces la recesión se ce baba con un mercado rígido y una población anquilosad­a. Ahora hay que confiar en la capacidad de los españoles para salir adelante y hacer mascarilla­s de encaje de bolillos y visones de Encarna Sánchez.

El mundo que se nos viene no será de los agoreros, de los tristes o de los miedosos sino de los disfrutone­s. En este confinamie­nto hemos hecho yoga y los deberes con los niños, pero también nos hemos forrado a comer, a beber, a vivir. Del Covid19 aún sabemos poco pero pronto encontrare­mos un remedio mejor que la enfermedad. Mañana Madrid se despierta. Nadia con nos va a cambiar.

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