Imposición
Brindar a niñas, niños y adolescentes educación sexual no solo es darles herramientas para reconocer abusos, prevenir enfermedades y formar seres humanos tolerantes y respetuosos de la diversidad, también es ante todo su derecho humano.
Hace poco más de un año, el 15 de mayo del 2019, la reforma constitucional al Artículo 3 referente al derecho a la educación fue publicada en el Diario Oficial de la Federación dice:
“Los planes y programas de estudio tendrán perspectiva de género y una orientación integral, por lo que se incluirá el conocimiento de las ciencias y humanidades: la enseñanza de las matemáticas, la lecto-escritura, la literacidad, la historia, la geografía, el civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación, las lenguas indígenas de nuestro país, las lenguas extranjeras, la educación física, el deporte, las artes, en especial la música, la promoción de estilos de vida saludables, la educación sexual y reproductiva y el cuidado al medio ambiente, entre otras”.
La educación sexual es un derecho constitucional y corresponde al Estado. En ningún punto del artículo habla sobre la selección que los padres puedan hacer de la información que se les brinde a sus hijos, básicamente porque sería menoscabar los derechos de otras y otros, porque los hijos tambiénsonindividuosporencimadelarelaciónfilial.
El martes 26 de mayo del 2020, el Congreso de Nuevo León votará una reforma al Artículo 3 de la Constitución, para reconocer el derecho de los padresde“elegir”laeducacióndesushijos.Lapropuesta a la letra dice: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”. La modificación constituye una restricción.
Toda la reforma que se hará a la constitución local omite con toda conciencia los términos “perspectiva de género” y “salud sexual y reproductiva” quevienenenlafederaleincluyeestePinParental, lo quieran o no reconocer.
Pero tampoco es de extrañarse, a la mayoría de quienes integran esta Legislatura le encanta imponer sus principios morales por encima de los derechos de terceros y no dejan de violentar la Constitución que juraron respetar. Merecen un juicio político, no la reelección que tanto añoran, y que tristemente seguro habrá quienes la conseguirán.