Carlos Puig
“PVEM, mejor ejemplo de la farsa cómica que son nuestros partidos”
Son diez. Sí, diez. Aquí la lista por sus iniciales: PAN,PRI,PRD,PVEM, PES, PT, MC, Morena, RSP, FxM. Un par de décadas de acumular leyes y normas para la formación de partidos políticos los han convertido en cascarones que dicen poco, si algo, y cuya existencia y sobrevivencia se han vuelto materia para los expertos en diseñar alianzas, acarreos o argumentos legales para sobrevivir con el único fin de seguir recibiendo el dinero que el Estado mexicano provee para sus actividades y con un poco de suerte ganar algo de influencia en algún municipio o región solo para perpetuar la fórmula.
Todo político mexicano que se precie de serlo ha representado a más de una de esas siglas en su carrera, algunos llevan cuatro o cinco, porqué no, o porque sí, porque las siglas ya no quieren decir nada, solo un vehículo para tener un puesto, algo de poder y otro tanto de dinero.Basta una revisión de las listas aprobadas de candidatos para saber cómo se ha invertido la lógica de la representación política institucional. Pensaré y diré y defenderé lo que toque y me digan siempre y cuando esté en la lista.
El “chapulineo” de personas –deporte nacional— ahora se hace a nivel institucional. Todos los partidos pueden aliarse con el que sea, porqué no, si al fin y al cabo esas siglas no representan nada más que la ambición particular de quienes las formaron y alguna capacidad de movilización un día cada tres años.
Un recorrido por las plataforma s de cada uno de los diez partidos resulta en que todos dicen más o menos lo mismo que no es decir nada. En esta ocasión, aunque esto no es nuevo, para los que no son mayoríasolo los une estar en contra del partido mayoritario; como al mayoritario, como siempre, solo lo une cumplir la voluntad de su líder cuando lleguen a los puestos para los que compiten. Nadie busque muchas ideas en esas plataformas, es triste.
Por supuesto el más antiguo y mejor ejemplo de la farsa cómica que son nuestros partidos es el llamado Verde Ecologista, ni verde ni ecologista ni partido. Pero su habilidad para la grilla y hacer dinero, más el cinismo de partidos que algún día representaron algo convirtió a los“verdes” en el ejemplo a seguir y ahora tenemos muchos, varios verdes con otras siglas. Su receta de la política para hacer negocio ha triunfado.
Y sí, ellos son las opciones en la boleta. Ni modo.
El “chapulineo” de personas ahora se hace a nivel institucional