“Los partidos minaron las oportunidades de las mujeres”
La semana pasada señalaba en este espacio que no obstante de haber llegado a esta elección con el andamiaje legal más robusto que ha existido en nuestro país para apuntalar el acceso de las mujeres a los cargos de elección popular, Nuevo León retrocedió en muchos aspectos. Me ocupo aquí de lo referente a las alcaldías y planteo algunas hipótesis – que no son mutuamente excluyentes, sino que se complementan– para intentar explicar este fenómeno.
Evidentemente, los cambios legales no fueron suficientes. Y no solo en el sentido de “cuántas”, sino “en dónde”. Del área metropolitana solo una mujer ganó una alcaldía y será combatida en tribunales. Por lo demás, todo lo alcanzado es en la zona rural. El órgano electoral tendrá que analizar lo que ocurrió y modificar en consecuencia sus lineamientos. Por ejemplo, determinar que los partidos deben proponer mitad de candidatas mujeres para los municipios conurbados.
La relevancia de que mujeres ocupen presidencias municipales en la mancha urbana tiene varios motivos que reposan en uno esencial: la población del estado está altamente concentrada en esta zona. Lo demás viene en cascada: más gente, más recursos, alta visibilidad, mayor apoyo partidista para las campañas y más amplia cobertura mediática.
Por otro lado, huelga decir que los estereotipos siguen provocando entre la ciudadanía un sesgo de género que se manifiesta a la hora de votar. Si eres hombre, tienes más posibilidades de ser electo, sin contar ninguna otra característica. Esto engendra un círculo vicioso en el que, a menos mujeres gobernando, mayor percepción de que la política no es un ámbito propicio para ellas, lo que desemboca en una contracción mayor del apoyo popular a sus candidaturas.
Y está la variable partidos políticos. Minaron las oportunidades de las mujeres de dos maneras: prefiriendo postulaciones de hombres allí donde tenían mayores posibilidades de triunfo, y postulando mujeres sin raigambre partidista (ya sea porque las reclutaron en otras formaciones políticas o bien porque tenían poco trabajo con las bases o eran recién llegadas a la arena electoral).
El coctel ha sido nefasto y los resultados están a la vista.
De la metrópoli solo una mujer ganó una alcaldía y el caso irá a tribunales