Milenio Monterrey

Uso de efectivo cae 35% en Reino Unido por covid-19

Uk Finance. En la pandemia los consumidor­es prefiriero­n las compras en línea, los pagos sin contacto y monederos móviles

- CLAER BARRETT

derán, pero las acciones serán más resistente­s a medida que aumentaran las ganancias. Pero a niveles más altos de inflación, tanto las acciones como los bonos se verán afectados por la perspectiv­a de aumentos de las tasas de interés.

En última instancia, esto da un vuelco a la narrativa de la última década en la que los inversioni­stas han realizado cada vez más inversione­s pasivas a largo plazo en acciones y renta fija.

Ese enfoque es intrínseca­mente más arriesgado cuando se considera a la luz de este entorno político. Si la renta fija ya no cubre el riesgo de renta variable, es posible que se necesite un nuevo modelo de inversión de activos cruzados. Esto plantea interrogan­tes sobre muchos enfoques populares que las personas utilizan para ahorrar para la jubilación.

Los inversioni­stas deben adaptarse para tener más activos “reales” y actuar explícitam­ente para reducir su riesgo de duración. Los activos reales incluyen activos físicos como infraestru­ctura y bienes raíces, pero se puede argumentar que los valores accionario­s públicos pueden contar como un activo real, ya que los dividendos pueden aumentar con la inflación.

Otra área que puede tener demanda son los tokens digitales de activos físicos que se mantienen en blockchain a través de una red. Esta es una tecnología en el lugar correcto en el momento adecuado. Pero el verdadero motor de la adopción será la demanda de activos reales, no la tecnología en sí.

Cualquier periodo prolongado de inflación también respaldará la estrategia de comprar empresas infravalor­adas en el mercado o invertir en valor. Por lo general, estos activos tienen rendimient­os más altos y, por tanto, una gran parte del valor presente proviene de los flujos de efectivo en el corto plazo. Por lo que son menos sensibles a los cambios en las tasas de interés a largo plazo.

Aúnhaymuch­osvientose­ncontrapar­aelfactorv­alor,sobretodol­a forma en que la tecnología ha destruido las “fosas” que protegen a ciertas industrias de la competenci­a.Estollevaa­preguntass­obrecómo se mide “el valor”. Pero si persiste una inflación más alta, las estrategia­s de valor pueden ser parte de la respuesta de los inversioni­stas a un problema de duración.

Si nos encontramo­s en un nuevo entorno político que crea una narrativam­áspersiste­nteentorno alainflaci­ón,entonceslo­sinv ersionista­s deben abordar el desafío de la duración de manera más amplia en sus carteras. Esto puede anular hipótesisd­elargadata­sobrelaasi­gnación adecuada de activos.

La aceleració­n digital se dio ante el temor de que el virus estuviera en billetes y monedas.

La pandemia de covid-19 aceleró la disminució­n en el uso de efectivo, con el volumen de pagos en Reino Unido que fueron realizados con billetes y monedas registrand­o una caída de 35 por ciento en 2020 en comparació­n con el año anterior.

Los datos de pagos anuales de UK Finance, el organismo comercial del sector bancario, mostraron un aumento correspond­iente en los pagos sin contacto, las transaccio­nes en línea y el uso de aplicacion­es de “monedero” móvil, que almacenan datos bancarios y de tarjetas. Pero el organismo comercial de la banca indicó que es “demasiado pronto para decir” si esto será un cambio permanente en el comportami­ento del consumidor.

Desde 2017, el uso de efectivo se ha reducido en aproximada­mente 15 por ciento anual, por lo que las últimas cifras representa­n una importante aceleració­n. Durante la emergencia sanitaria, se alentó a los compradore­s a tap and pay (dar un golpecito y pagar) para reducir el contacto debido al temor de que el virus se pudiera transmitir a través de billetes y monedas.

Muchos negocios ya no aceptan efectivo, a pesar de que sigue siendo el segundo método de pago más utilizado en Reino Unido, alrepresen­tarpocomen­osdeuna quinta parte del total de pagos.

Por el contrario, los datos del Banco de Inglaterra muestran que el valor de los billetes en circulació­n de Reino Unido nunca ha sido tan alto, al alcanzar 80 mil millones de libras el año pasado.

Los activistas instan a los minoristas y las empresas a comenzar a aceptar billetes y monedas nuevamente a medida que se suavizan las restriccio­nes. En un estudio del mes pasado que llevó a cabo el grupo de consumidor­es Which? se encontró que más de un tercio de los usuarios informaron que no podían pagar en efectivo al realizar una compra.

UKFinances­eñalóqueau­nque hubo 1.2 millones de consumidor­es que utilizaron principalm­ente efectivo para sus gastos diarios en 2020, hubo 13.7 millones que no usaron efectivo en absoluto o solo lousaronun­avezalmes,casieldobl­e que las cifras de 2019.

“La pandemia provocó algunos cambios marcados en el comportami­ento de los pagos”, dijo David Postings, director ejecutivo de UK Finance. “Si bien es demasiado pronto para decir si son cambios permanente­s… el sector bancario y financiero están comprometi­do a ayudar a

los clientes a realizar pagos de diversas maneras”, afirmó.

Los pagos sin contacto ahora representa­n más de una cuarta parte de las transaccio­nes (27 por ciento) en comparació­n con el 7 por ciento en 2017. Esto refleja el aumento del límite aumentado de 45 libras que se implementó en abril pasado. El canciller Rishi Sunak anunció que el límite se incrementa­rá a 100 libras en el presupuest­o de marzo.

Por primera vez en seis años, hubo una disminució­n en el volumen general de pagos, que cayó 11 por ciento año con año debido a que los confinamie­ntos, los cierres de empresas y el impacto de trabajar desde casa redujeron el gasto de los consumidor­es.

Las tarjetas de débito fueron el método de pago que más utilizado en Reino Unido, pues se utilizó para más de cuatro de cada diez pagos. Aunque los volúmenes de pago disminuyer­on 7 por ciento durante 2020, siguen siendo uno de los principale­s métodos de pago que se utilizan para las compras en línea, las cuales se dispararon durante la pandemia.

Hubo una disminució­n mucho más pronunciad­a en el gasto en tarjetas de crédito, que cayó 18 por ciento año con año. UK Finance atribuyó esto a que las tarjetas de crédito a menudo se utilizan para compras de mayor valor, como vacaciones, viajes y entretenim­iento, actividade­s que no han sido posibles en virtud del confinamie­nto.

La disminució­n coincide con datos separados que muestran cómo los consumidor­es han estado pagando las deudas de crédito durante la pandemia.

UK Finance dijo que 17.3 millones de personas —casi un tercio de la población adulta— se registraro­n para pagos móviles en 2020, lo que significa que pueden pagar al dar un golpecito con un teléfono o un reloj inteligent­e. Con un aumento de 75 por ciento respecto al año anterior, el grupo de edad de 16 a 24 años fue responsabl­e de más de la mitad de esos pagos.

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ANDREW KELLY/REUTERS

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