Reveses, muchas veces
El Presidente se obsesiona y cuando así lo hace, que es casi siempre, tira al buey a la barranca. Ahora le tocó recogerlo a Ricardo Monreal, y lo hizo bien, para que más que la verdad. No hay que ser roñosos
Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil reconoció que Ricardo Monreal no tiene un tonto de pelo, o como se diga. El coordinador de Morena en el Senado recordó que la clase media fue la que respaldó el triunfo electoral de ese partido en el 2018, por lo que dijo que no se debe descalificar a este importante sector social: “La clase media de la que yo soy parte, no es manipulable. Y también creo que la clase media fue la que nos dio el triunfo en el 2018, junto con las clases más desprotegidas. (…) Es necesario escucharlos, tender puentes”. Ande, Monreal, tire al blanco y de en el centro.
El Presidente se equivoca, yo corrijo con la mejor buena voluntad. Mju. Dirán que Gamés ha sido remunerado, pero Monreal es un profesional: “Yo soy de la clase media, provengo de una modesta familia campesina y soy aspirante, a clase media”. Dice Monreal: “La Ciudad de México es el sitio más politizado del país, nadie es dueño de ella, para Morena los resultados de las elecciones del 6 de junio son una buena lección a tiempo para corregir errores del partido”. Le van a tirar de jitomatazos a Gamés, pero Monreal actúa como un profesional de la política, cualquier cosa que esto quiera decir.
Por cierto, Gil había leído en su periódico El Universal que el 41% de los hogares mexicanos pertenece a las clases medias. 14.5 millones de familias. Pero el Presidente se obsesiona y cuando así lo hace, que es casi siempre, tira al buey a la barranca. Ahora le tocó recogerlo a Monreal, y lo hizo bien, para que más que la verdad. No hay que ser roñosos.
Prioridades
El Presidente ha dicho que entre sus prioridades legislativas se encuentra el fortalecimiento de la CFE, llevar a cabo una profunda reforma electoral y la posible incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaria de la Defensa Nacional. Oigan esto: reducir los costos de la democracia, eliminar a los 200 diputados y 32 senadores plurinominales, así como renovar el Consejo del INE. O sea, sonajas y chupones para todos. ¿Quieren algo más regresivo para la democracia que estas medidas? El Presidente no se mide, ni se medirá, lo quiere todo, si no, nada.
Oigan al Presidente, por piedad: “Tenemos que buscar la forma para que quienes coordinen los procesos electorales sean gente de inobjetable honestidad, rectos, auténticos demócratas (…) un demócrata es quien, independientemente de su forma de pensar, actúa con rectitud; no es un demócrata quien dice que no podemos permitir que un populista llegue a la Presidencia”. Coño, perdón, el populista ya llegó a la Presidencia, ¿estamos locos? Sí, definitivo.
Delgado
Como casi no se pelea en las mañanas, el presidente Liópez Obrador le peló la piel al Poder Judicial: “Ministros íntegros son pocos, es la minoría, lo que predomina desgraciadamente en el Poder Judicial es la defensoría de los intereses creados del antiguo régimen. Están al servicio del dinero”. Ay mis hijooos, nos van a romper la madre. Sí. los jueces son unos pillos (definición traída gracias a Bartlett).
Por cierto, y a propósito de nada y de todo: la alianza PRI-PAN-PRD ha armado un bloque de unión de alcaldías de la Ciudad de México. Ocho alcaldes, se espera a Sandra Cuevas, se reunirán cada 15 días para abordar temas con el Gobierno de Claudia Sheinbaum. Gil medita: sí cambió la composición política del país, sí cambió la ciudad, sí cambió y aunque Mario Delgado no lo vea, se llevarán reveses muy veces, o como se diga. Dice Delgado: “En el Congreso lo que importa son las cantidades de votos que juntas para cada reforma, y tenemos los votos para reformar iniciativas de ley y para aprobar el presupuesto”.
Ah, Mario, tranquilo, todo saldrá bien, salvo que salga mal. Oigan a Mario: “Lo que Morena ganó el domingo en términos de gubernaturas, al PAN le tocó más de 70 años ganarlo”. Un poco abusivo el ejemplo de este amigo Delgado que debería estar en su casa después de los resultados del domingo.
Todo es muy raro, caracho. Como dirían en la calle: “Estamos en el lomo de un vendado”.
Monreal actúa como un profesional de la política, cualquier cosa que esto quiera decir