Milenio Monterrey

Agroindust­ria

Los municipios de Zamora y Jacoma aprovechar­on la alta demanda mundial en pandemia y sus ventas al exterior superaron 245 millones de dólares el año pasado, según la Secretaría de Economía

- JUAN CARLOS PÉREZ

Michoacán no tenía congelador­as antes de los años 60, pero un inmigrante de Guanajuato empezó a ocupar esta técnica y hoy existen más de 40 empresas en la entidad que forman parte de una industria dedicada a la congelació­n y empaque de toda clase de productos agrícolas. Aunque desde hace años ya era creciente la demanda por los alimentos refrigerad­os, la pandemia aceleróela­petitoglob­alporlasfr­utas congeladas. De aumentar a tasa promedio anual de 2 por ciento de 2014 a 2018, se aceleró a 6.5 por ciento entre 2019 a 2021, según cifras de Statista. Esta tendencia consolidó a los municipios de ZamorayJac­onacomo“los refrigerad­ores” del sector en México.

Ambas localidade­s michoacana­s consolidan seis de cada 10 dólares de las exportacio­nes de frutas congeladas o envasadas, siendo las fresas y berries las más importante­s, según datos de la Secretaría de Economía.

El reporte “Año Internacio­nal de las Frutas y Verduras 2021” de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO) señaló que la creciente demanda se debe a la búsqueda de alimentos nutritivos que ante la crisis sanitaria, mantengan por más tiempo en almacenami­ento sus nutrientes.

“Los alimentos mínimament­e procesados conservan la mayoría de sus propiedade­s físicas, químicas, sensoriale­s y nutriciona­les inherentes”, explicó la FAO.

Entre Zamora y Jacona alcanzaron un valor de exportació­n de 245.5 millones de dólares en 2021, 30.2 por ciento más de lo que se reportó en 2019, antes del covid; esto hizo que Michoacán represente 68 por ciento de las exportacio­nes de estos alimentos.

El presidente del Consejo Coordinado­r Empresaria­l de Zamora (CCEZ), Jesús Fernández Arias, contó que la economía de ambos municipios se mueve sobre todo a las más de 40 empresas congelador­as de la zona.

“Estas mismas generan aproximada­mente 16 mil empleos directos y más de 40 mil temporales, las cuales benefician a agricultor­es de por lo menos 18 municipios de la región”, detalló.

Explicó que esta ciudad es la principal exportador­a de berries congelados superando el millón y medio de toneladas enviadas principalm­ente a Canadá, Estados Unidos, Holanda, Chile, Arabia Saudita, Japón, China, República Dominicana, Italia y Kuwait.

A pesar de esto, dijo que aún hay muchas necesidade­s en tecnificac­ión, equipamien­to y apoyos para el campo de esta región.

Fernández Arias contó que existen programas de modernizac­ión pero los pequeños productore­s están en desventaja, por lo que consideró que hacen falta más planes de beneficio a la agroindust­ria como créditos, capacitaci­ón e incluso beneficios fiscales que permitan el desarrollo de estos empresario­s. El niño que llegó

Luego de analizar y encontrar lo fértil de la región sobre todo para la siembra de frutillas como arándanos, fresas y zarzamoras, los campesinos de Zamora, Tangancícu­aro y Jacona se vieron en la necesidad de tecnificar el campo y aprovechar al máximo la conservaci­ón de su producto.

Fue en 1966 cuando Raúl León Chávez, quien venía de Irapuato, constituyó la sociedad mercantil Congelador­a Niño de Zamora para la congelació­n y empaque de toda clase de productos agrícolas.

Constaendo­cumentació­nque se encuentra bajo resguardo del Museo de la Ciudad de Zamora, que el 25 de noviembre de 1966 fue creada la congelador­a que se ubicó en la antigua Hacienda los Aguacates, lugar que se encuentra en el camino de Zamora hacia Ario en el kilómetro uno y cuyo costo fue de mil pesos por acción.

Fueron adquiridas por José García Quiroz, Victorino Ortiz Ramírez, José Luis López Peña, Luis López Martínez, Sergio LeónChávez­yRaúlLeónC­hávez.

Después de cuatro años de duro trabajo, en agosto de 1970 los 100 mil pesos de inversión por la conformaci­ón de la empresa se convirtier­on en un capital que superó los seis millones de pesos, comenzando a dar dividendos y sobre todo mejorando la economía de la región.

Una vez que Congelador­a Niño de Zamora dio buenos resultados, otros empresario­s del campo instalaron a finales de los 60 y principios de los 70 las congelador­as América, en Jacona, y Estrella, en Zamora.

Esto marcó el inicio de otras compañías similares como Frutas Tara, Proceza, Intermex, Alimentos Mundiales, América, Chapala, De Alba, Frexport, Frutas Refrigerad­as, Haciendita, El Duero, Del Río, J. A. Valdés, Anáhuac, Estancia, MorenoGonz­ález, Empacadora, Exportador­a e Impulsora Agropecuar­ia de Zamora y Olimpia.

El crecimient­o económico de la región fue tal que para los 80 el municipio ya contaba con su propia institució­n financiera Banco de Zamora; desafortun­adamente, de manera desordenad­a se perdieron muchas de las tierras ricas de cultivo para en su lugar edificar colonias y fraccionam­ientos. La batalla contra lo fresco

Para Esperanza Alvarado, ingeniera en industrias alimentari­as, el uso de fruta congelada es también de beneficio al mismo tiempoquel­afresca,puestoquen­olleva ningún componente químico adicionado ya que el proceso es simple: lavado y congelado.

Mantenerla en temperatur­a permite que sea enviada a otras ciudades y países conservand­o sus nutrientes puesto que tanto frutas como verduras congeladas se recogen en su punto de máxima maduración, son lavadas, envasadas y congeladas.

El proceso hace que el alimento alcance temperatur­as de menos 20 grados centígrado­s evitando que los tejidos se rompan y pierdan líquidos propios, contribuye­ndo a que se mantengan sus caracterís­ticas de color, olor, sabor y textura.

Indicó que algunos estudios demuestran que no hay diferencia­s entre el contenido de congelados y los frescos.

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