¿Prensa de espectáculos 007? Parte I
Han pasado demasiadas cosas en los pasados días y me parece que sería muy irresponsable no hacer una introspección de lo que somos como fuente de espectáculos en México. Para eso, y ya hablaremos muy tendido del tema, debemos recapitular el origen de todo esto, y ese origen era la prensa de sociales hace ya mucho tiempo. Recuerdo que me decían que en México nuestra realeza eran los actores que salían en las telenovelas. Ese concepto me hacía reír, y aunque muchos ni siquiera lo sospechen, el origen de todo esto fueron los tabloides ingleses y revistas como ¡Hola! Era una extraña aspiración en un contexto ajeno, pero por ahí empezó. Y esos tabloides viven del chisme. Supongo que muchos asumieron que el trato a nuestros famosos debía ser el mismo.
El repaso que viene desde los tiempos donde la palabra “espectáculos” era ofensiva para un medio serio, hasta el de las redes sociales, tiene una cosa en común: lo más popular suele ser meterse con la vida de los famosos. La monarquía sabe que eso viene con el trabajo, pero ahí el pueblo los ha mantenido pagando impuestos. ¿Es el mismo contrato social con nuestros famosos? Políticos, ok. ¿Pero artistas? Hay muchos argumentos, como que las señales de tv que los vuelven famosos eran otorgadas por concesión del gobierno. Pero no sé de nadie que se dedique al chisme que use ese argumento. Más bien es: “Se deben a su público”, lo cual pareciera ser interpretado como “una licencia para matar (reputaciones)”. Es hora de poner este análisis sobre la mesa, debatir y no permitir que se use lo que hacemos como una forma de agredir. Nos leemos mañana y seguimos la historia.
Se deben a su público parece ser interpretado como “una licencia para matar (reputaciones)”