Vínculo indisoluble
En la exposición no hay que perderse la copia bordada del Mapa de Tenochtitlan de Hernán Cortés, obra en la que “se puede observar cómo los seres humanos siempre hemos vinculado las ciudades con el agua”, dice Castro. En cuanto a la arquitectura, “estamos convencidos de que tiene un papel fundamental en estos temas; no solo pienso que hay posibilidad, sino que hay una responsabilidad por parte de los diseñadores del espacio, los arquitectos, los paisajistas y los diseñadores urbanos de abordar este tipo de temas”, concluye la arquitecta.
Exceso y escasez
A través de maquetas, fotos y elementos gráficos, la muestra invita a conocer esta investigación y el papel del agua en las urbes, porque existe una paradoja: el exceso de agua pluvial (inundaciones) y la escasez de potable.
La problemática “siempre ha existido, porque las inundaciones ocurren desde que se instala Tenochtitlan en el centro del lago, solo que en aquella época la ciudad respondía un poco más rápido al control de la inundación y, el día de hoy, o digamos desde la Colonia, ha sido más difícil porque se sustituyó el sistema de manejo de agua, pues los canales que existían se taparon y se sustituyeron por calles”.
El despacho tiene proyectos que demuestran que hay solución y están expuestos en Ciudades de agua. “En Nogales hicimos un represo que ayuda a mitigar las bajadas de agua en las montañas y a disminuir las inundaciones; en Ecatepec hicimos terrazas de tezontle que ayudan a retener el agua del escurrimiento y a infiltrarla paulatinamente”.
Es imposible edificar nuevas ciudades, lo que sí se puede hacer es mejorar infraestructuras y espacio públicos para que “pueda recolectarse agua de lluvia, tratar la residual, reciclarla, y hacer un ciclo del agua en los barrios”, concluye Loreta Castro.