Milenio Monterrey

La ONU valúa en 340 mil mdd adaptación a cambio climático

Cálculo. La inversión para los países en desarrollo sumó 29 mil millones en 2020; sin embargo, se requiere financiami­ento a largo plazo, indica informe del organismo

- CAMILA HODGSON

la producción de chips, también puede exacerbar las oscilacion­es cíclicas de la industria, lo que erosiona la rentabilid­ad. Y la agresión de la Unión Americana está destinada a acelerar las ambiciones de China de desarrolla­r su propia industria de semiconduc­tores por todos los medios posibles, lo que ha contribuid­o a crear un formidable competidor futuro en microproce­sadores básicos. Incluso puede incitar a China a tomar represalia­s. Pekín tiene un control absoluto sobre los suministro­s de tierras raras, vitales para todos los dispositiv­os eléctricos. Y en un futuro previsible, Estados Unidos seguirá dependiend­o de manera crítica de Taiwán para su suministro de chips avanzados, lo que hace que la isla sea vulnerable a la intimidaci­ón o el bloqueo de la nación asiática, incluso sin llegar a la invasión.

Pero lo que sigue llamando la atención en la relación entre Estados Unidos y China es el grado de su interdepen­dencia económica. En 2021, EU seguía importando más bienes de Pekín que cualquier otro país y exportaba más bienes a dicha nación que cualquier otra, con excepción de Canadá y México.

Si el cálculo nuclear de la Guerra Fría 1.0 entre Estados Unidos y la Unión Soviética era de destrucció­n mutua asegurada, el telón de fondo económico de cualquier guerra fría 2.0 entre EU y China sigue siendo de cooperació­n mutua asegurada.

La compañía que más ejemplific­a el delicado caminar por la cuerda floja entre ambos países es Apple, asegura Richard Kramer, analista senior de Arete Research. “Washington no está en una posición para decirle a la empresa más valiosa del mercado de valores estadunide­nse, con 18 por ciento de sus ventas y la mayoría de sus dependenci­as de la cadena de suministro en China, que cierre sus operacione­s en este país”, dice Kramer. “Pekín tampoco va a ver que los 74 mil millones de dólares de ventas de Apple en China se detengan sin más, y decirle al pueblo chino que sus iPhones serán los últimos que compre”, añadió el especialis­ta.

Históricam­ente, los impulsos nacionalis­tas han tenido la desagradab­le costumbre de desbaratar la racionalid­ad económica; sin embargo, por el momento, al menos, Estados Unidos y China están condenados por sus consumidor­es a colaborar tanto como a competir. Si eso cambiara de manera drástica, Apple estaría, sin duda, entre los primeros en saberlo.

Los países en desarrollo van a requerir hasta 340 mil millones de dólares anuales de aquí a 2030 para adaptarse al cambio climático, pero el mundo está muy lejos de satisfacer esta necesidad y se vuelve cada vez más vulnerable a los efectos del aumento del nivel del mar y el clima extremo, señaló la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU).

Aunque la mayoría de los países hacen planes para adaptarse, es demasiado lenta y las necesidade­s financiera­s superan el apoyo disponible, de acuerdo con el informe anual sobre la brecha adaptación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

“El mundo no está protegiend­o a la gente de los impactos actuales de la crisis climática”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.

En vísperas de la cumbre climática de la ONU COP27, que comienza la próxima semana en Egipto, Guterres dijo que los países ricos deben presentar “una hoja de ruta creíble” sobre cómo entregarán 40 mil mdd anuales en apoyo a la adaptación de las naciones más vulnerable­s para 2025, una promesa que se hizo en la COP26.

Este año muchos países se vieron asolados por fenómenos meteorológ­icos extremos que, según los científico­s, serán más comunes con cada fracción de grado de calentamie­nto global. Las temperatur­as ya aumentaron al menos 1.1 grados centígrado­s en la era industrial.

Seesperaqu­eelfinanci­amiento de la adaptación sea un tema clave enlaCOP27,yquesesepa­redeltema polémico del financiami­ento de las “pérdidas y daños” o el apoyo a los países en desarrollo que ya están sufriendo la destrucció­n, como las inundacion­es generaliza­das en Pakistán y Nigeria.

La semana pasada, en un informe del programa de la ONU se concluyó que las promesas de reducción de emisiones nacionales de casi 200 países encaminan al mundo a un aumento de la temperatur­a de entre 2.4 y 2.6 grados centígrado­s para el año 2100 en comparació­n con los niveles preindustr­iales.

Un agricultor riega cultivos flotantes en Bangladés.

En su último análisis, el organismo descubrió que más de ocho de cada diez de esos países estaban haciendo planes de adaptación, por ejemplo, con nuevas leyes y políticas; sin embargo, el apoyo financiero internacio­nal para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse a un

mundo que se calienta está “entre 5 y 10 veces por debajo de las necesidade­s estimadas y la brecha sigue aumentando”.

El financiami­ento de la adaptación para los países en desarrollo alcanzó 29 mil mdd en 2020, un alza de 4 por ciento respecto a 2019,deacuerdoc­onlosdatos­dela

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M. PONIR HOSSAIN/REUTERS

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