Milenio Monterrey

Una residencia de leyenda premiada por su arquitectu­ra

- NOÉ GONZÁLEZ

La propiedad ganó el premio en México de Arquitectu­ra Residencia Única, en 2019, y el galardón internacio­nal Property Awards, en 2020; el actual dueño de la casa, Hugo Schiaffino, quien la habita junto con su familia, asegura que no la adquirió para vivir experienci­as paranormal­es y se dice escéptico de las leyendas que cuentan acerca de ella

Con el Cerro de la Silla de fondo, hay un inmueble que al circular por avenida Revolución llama la atención: se trata de La Casa de los Tubos, aquella que se convirtió en leyenda por albergar distintas historias que se han compartido de generación en generación y que hoy es un inmueble multipremi­ado por su arquitectu­ra.

En noviembre del 2020, la remodelaci­ón del inmueble participó en el concurso Internatio­nal Property Awards, donde fue galardonad­a en la categoría residencia­l. Además, en México fue reconocida como ganadora del premio Arquitectu­ra Residencia­l Única de México en 2019.

Hoy han pasado casi seis años de la renovación de La Casa de los Tubos, luego de un proceso de 10 años para la compra-venta de la polémica propiedad por parte de Hugo Schiaffino y su familia.

Una vista panorámica de la casa fue el escenario perfecto para que su ahora dueño, el arquitecto Schiaffino, platicara para la plataforma MILENIO -Multimedio­s sobre los motivos que lo orillaron a él y su esposa a adquirir la propiedad.

“Tanto mi esposa como yo vivimos en Contry desde que nacimos y tenemos en común que siempre nos gustó la ubicación de la propiedad, la vimos toda la infancia. Ya después de casados tuvimos el afán de buscar al dueño, principalm­ente por las vistas que nos daba, fuera de la leyenda”, señaló.

Schiaffino consultó más de 12 proyectos en la búsqueda de preservar la esencia de la casa, misma que hoy ha recibido seis premios de diseño y arquitectu­ra a nivel mundial.

“Estuve con varios despachos y no me acababan de convencer hasta que llegué con Enrique Leal, el dueño del despacho Urban, quien fue mi compañero en la carrera, y Mario Delgado. La pasamos bien porque queríamos diseñar una casa de excelencia”, refirió el arquitecto.

El proceso para obtener la propiedad, comenta, inició en el año 2006, pues los problemas legales no permitían intervenir­la, hasta que, gracias a trámites con abogados, pudo librarse en el 2008.

“Cuando me acerqué a él (el antiguo dueño), me dice: ‘Sabes qué, sí te la vendo, pero lo que necesito es que un abogado vea esto a detalle y arregle las afectacion­es’; es de Tamaulipas la persona que me la vendió.

“Estuvimos dos años en trámites, hasta que se limpió por completo, se arreglaron las partes y fue cuando yo la compré”, dijo.

Luego de obtener la casa mencionada, Schiaffino se sentía orgulloso y comenzó a cristaliza­r sus sueños con los diseños arquitectó­nicos que tuvo mientras estudiaba la carrera.

Un ambiente rodeado de madera y acero, colores marrones y blancos predominan en el diseño de la casa que cuenta con varios pisos y se encuentra habitada desde 2018 por Hugo, su esposa y sus tres hijos.

Además, una iluminació­n natural y una vista envidiable parece que han dejado en el olvido la leyenda regia de la famosa Casa de los Tubos.

“Yo nunca he creído en nada de esto. Incluso te comento que trajeron a personas especializ­adas para temas de no sé si lo digo bien, como limpia de vibras o cosas oscuras.

“A mí me gustan los acabados claros, a Enrique igual, entonces subconscie­ntemente quizá sí lo planteamos como parteaguas para dejar atrás el pasado de aquel accidente”, puntualizó.

Aunque la familia Schiaffino está contenta de vivir en la casa insignia de Monterrey, Hugo no descartarí­a vender la propiedad si llegara una buena oferta.

“Todo tiene un precio, soy empresario y por supuesto que si llega una buena oferta la considerar­ía”, refirió.

Desde un principio el arquitecto trató de conservar la esencia de la casa, misma que al día de hoy cuenta con premios internacio­nales como el Internatio­nal Property Award en la categoría residencia­l.

“No te voy a mentir, sí teníamos miedo de que se nos metiera gente, ahorita ya nos reímos, pero en los primeros años sí fue que no dormíamos, llegaba gente a tocar el timbre a las tres de la mañana para ver si podían ingresar”, contó Schiaffino.

Aunque escéptico, el dueño de la propiedad comentó la anécdota del día que la mujer que les ayudaba en el hogar conoció la leyenda que estaba dentro de la casa y decidió abandonar de inmediato, por miedo a las supuestas aparicione­s o ruidos.

El supuesto suicidio de la hija pequeña del dueño de aquel entonces o la historia del albañil poseído, son algunas de las historias que se cuentan de esta casa.

Sin embargo, Hugo Schiaffino afirma que su idea nunca estuvo enfocada en las leyendas que hay alrededor de la construcci­ón.

“A mi esposa, a mis hijos y a mí no nos ha ocurrido nada, soy muy escéptico con eso.

“No adquirí la casa por vivir experienci­as paranormal­es”, sentenció.

El dueño de la propiedad no descartarí­a venderla si llegara una buena oferta

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FOTOS: RAÚL PALACIOS Schiaffino consultó más de 12 proyectos en la búsqueda de preservar la esencia de la casa.
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En 2019 ganó el premio Arquitectu­ra Residencia­l Única de México.

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