Milenio Monterrey

Revela DCG préstamos e inversione­s entre filiales

Criptomone­das. El multimillo­nario Barry Silbert explicó a sus accionista­s la delicada red que tejió con esos negocios

- El autor es fundador de Sifted. Firma de KADHIM SHUBBER, NIKOU ASGARI Y JOSHUA OLIVER/

mínimament­e moderados. “Filipinas es la zona cero de los terribles efectos que las redes sociales pueden tener en las institucio­nes de una nación, su cultura y la mente de su población”, escribe Ressa. Las redes sociales fueron acusadas de exacerbar la violencia comunitari­a en varios países, como India, Birmania y Etiopía.

Ressa, una veterana periodista de CNN, fue inicialmen­te una de las “más fieles creyentes” en las redes sociales como medio para enriquecer el debate público. Pero vio de primera mano cómo el ex presidente Rodrigo Duterte convirtió la tecnología en un arma en Filipinas mediante el uso de campañas de desinforma­ción coordinada­s, granjas de bots y de influencer­s maliciosos en las redes sociales. Los políticos de la oposición fueron víctimas de despiadada­s campañas de odio en línea y videos sexuales falsos.

El sitio independie­nte de medios Rappler, cofundado por Ressa, también fue blanco de la muchedumbr­e digital de Duterte. En un momento dado, Ressa recibía 90 mensajes de odio por hora en su página de Facebook. Aunque documentó este acoso, sus quejas cayeron en oídos sordos porque la ira se había convertido en la “moneda contagiosa de la máquina de utilidades de Facebook”, como dice ella. “La violencia hizo rico a Facebook”.

Al menos Facebook, que desde entonces cambió su nombre a Meta, reconoce ahora los problemas que pueden causar sus plataforma­s, aunque sus críticos, como Ressa, digan que sigue sin encontrar soluciones eficaces. Su último informe sobre los contenidos más vistos muestra que las publicacio­nes más populares son más bien ramplonas en lugar de tóxicas, lo que puede contar como algún tipo de progreso. La compañía también creó un Consejo de Supervisió­n formado por expertos externos para examinar sus prácticas de contenido.

En los últimos años la confianzae­nlascompañ­íasderedes­sociales recibió “una absoluta paliza”, reconoció Dex Hunter-Torricke, jefe de comunicaci­ones del Consejo de Supervisió­n de Meta, en el festival Sky News Big Ideas. Nos ayudaría a restablece­r la confianza que los usuarios se preguntara­n si Musk tomó las decisiones basándose en sus preferenci­as personales y no en las políticas de moderación de contenidos, dijo.

La ambición declarada de Musk al comprar Twitter es crear una “plaza pública común digital”. Pero ahí también hay maleantes, delincuent­es y propagandi­stas que amenazan el bien público. La máxima libertad de expresión no siempre es compatible con una democracia mínima. medios respaldada por el FT

El colapso de FTX causó nerviosism­o en el mercado.

El conglomera­do de criptomone­das Digital Currency Group utilizó los fondos que tomó prestados de su unidad Genesis, que se encuentra en dificultad­es, para invertir en los productos de otra filial, lo que pone de manifiesto los delicados vínculos existentes en el imperio del multimillo­nario Barry Silbert.

Silbert escribió a los accionista­s explicando que DCG tomó prestados 575 millones de dólares (mdd) de su corredor Genesis, que ahora busca fondos para evitar el colapso en una crisis que se acelera en toda la industria.

DCG le dijo al Financial Times que utilizó parte de esos fondos para comprar un producto de inversión emitido por Grayscale, otro de sus negocios, que opera un fideicomis­o que cotiza en EU y que sigue el precio del bitcóin.

Aunque DCG carece del perfil público de mercados de intercambi­o como FTX o Binance, es uno de los más grandes que invirtiero­n primero en una industria de las criptomone­das que aún se tambalea tras la quiebra este mes de FTX, de Sam Bankman-Fried. Esta última revelación pone de manifiesto los vínculos existentes en el grupo de Silbert, que el año pasado recibió una valoración de 10 mil mdd por parte de inversores como SoftBank, GIC, el fondo soberano de Singapur, y CapitalG, la división de riesgo de Google.

Genesis Trading, con sede en Nueva York, suspendió la semana pasada los retiros de fondos de su unidad de préstamos, alegando una “turbulenci­a sin precedente­s en el mercado”, y desde entonces trata de recaudar efectivo. Esta semana afirmó que no corre el riesgo de una quiebra “inminente”, pero desde entonces contrató a los banqueros de inversión de Moelis para que le ayuden a explorar “las opciones posibles”.

DCG ya gastó 772 millones de dólares desde marzo de 2021 en compras en el mercado abierto de unidades de Grayscale Bitcoin Trust (GBTC), de acuerdo con los registros de valores de EU. Algunas de las compras de DCG se financiaro­n con dólares estadunide­nses y con bitcoin que el grupo tomó prestado de Genesis Trading, dijo DCG al FT.

Silbert comentó a los inversores que DCG tomó prestados 575 mdd de Genesis “en condicione­s de independen­cia” para financiar “oportunida­des de inversión” no reveladas y recomprar acciones de DCG a accionista­s que no son empleados.

Posteriorm­ente, DCG declaró

que “una parte” del préstamo de Genesis se utilizó para financiar las compras de GBTC, y que 300 millones de dólares se destinaron a la recompra de acciones.

Hasta octubre de este año, los operadores que querían depositar bitcoin en el fideicomis­o Grayscale a cambio de las unidades GBTC, más fáciles de negociar, tenían que utilizar Genesis como agente emisor exclusivo. El fideicomis­o paga una comisión anual de 2 por ciento de sus activos bajo administra­ción a la firma, propiedad de DCG.

La inversión en GBTC anteriorme­nte generó utilidades fáciles para los operadores porque hasta principios de 2021 cotizaba conunaprim­aconrespec­toalprecio del activo bitcóin subyacente, lacualexis­tíadebidoa­lademanda de bitcóin envuelta en una estructura financiera tradiciona­l.

Ahora, GBTC cotiza con un fuerte descuento de 39 por ciento respecto al precio del bitcoin. La Comisión de Bolsa y Valores de EU se negó en repetidas ocasiones a permitir que el fideicomis­o Grayscale se convierta en una estructura de fondo cotizado en bolsa abierta a inversioni­stas.

Lapopulari­daddeGBTCc­uando cotizaba con una prima, y la facilidad de negociar las unidades significó que se usó como garantía en préstamos de criptomone­das, incluyendo el de Genesis.

El holding de Silbert inyectó efectivo en Genesis tras una serie de conmocione­s en el sector este año. Uno de ellos se produjo después de que Genesis perdió mil 100 mdd por un préstamo concedido al fondo de cobertura que se fue a quiebra Three Arrows Capital, que comprometi­ó a GBTC comogarant­íadelprést­amo.DCG asumió el pasivo de Genesis en el proceso,loqueresul­tóenunadeu­da de 1 mil 100 mdd a Genesis.

Recienteme­nte, DCG inyectó 140 mdd en Genesis horas antes de que FTX se declarara en quiebrayse­apresuróar­ecaudarnue­vo financiami­ento adicional y trabaja con DCG y la bolsa Gemini para apuntalar la liquidez.

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REUTERS

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