El FMI tiene mala previsión para China
La actual pandemia de covid-19 y los problemas en el sector inmobiliario chino suponen riesgos para la economía de la nación asiática, dijo la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, quien añadió que la entidad podría tener que revisar a la baja su proyección de crecimiento, publicó Reuters. En una intervención en Berlín, Kristalina Georgieva comentó a periodistas que el FMI había previsto un crecimiento de 3.2% para la economía china en 2022, que mejoraría a 4.4% en 2023, pero que los riesgos eran “a la baja” con la posibilidad de una revisión. China tiene margen fiscal para impulsar su economía y contrarrestar la presión a la baja, destacó la funcionaria. Añadió que Pekín también estaba estudiando la posibilidad de alejarse de su política de cero covid y avanzar hacia una respuesta más específica, lo que ayudará a reducir las interrupciones de la cadena de suministro y contrarrestar la desaceleración. rama. Los economistas deben seguir examinando cuidadosamente los que conocen, porque son complejos e importantes. Por esto, los datos y análisis del último informe de la OCDE siguen siendo valiosos y esclarecedores. Pero, inevitablemente, también omiten aspectos vitales.
Consideremos, entonces, lo que el informe dice sobre la situación económica.
Primero, la crisis de energía en síesrealmenteenorme.Elporcentaje del PIB de los miembros de la OCDEquesedestinaalusofinalde la energía está cerca de 18 por ciento, el doble que en 2020. En Europa, debe ser mucho mayor. La última vez que la proporción fue tan alta fue a principios de la década de 1980, durante la crisis del petróleo provocada por la invasión de Irán por Saddam Hussein.
En segundo lugar, las presiones inflacionarias son fuertes y generalizadas. Una vez más, esto tiene ecos de la inflación de principios de la década de 1980, que se produjo después de la que se vivió en la década de 1970. En la actualidad, la crisis de los precios de la energía provocada por la guerra en Ucrania se produjo luego de las conmociones negativas al suministro y de las conmociones positivas de la demanda provocadas por el Covid. Esta combinación de choques de oferta y demanda con grandes reducciones de los salarios y pérdidas de ingresos nacionales en los países importadores de energía hace que la labor de los bancos centrales sea extremadamente difícil.
En tercer lugar, es probable que se produzca una fuerte desaceleración del crecimiento económico mundial entre 2022 y 2023. Se pronostica que este último sea de 2.2 por ciento. Además, la mayor parte será generado por