Milenio Monterrey

Leer a Zaid

- AVELINA LÉSPER

La poesía es una forma de estar y mirar al mundo, de observar y expresar, la palabra se despoja de su utilitaris­mo, se emancipa y redefine la realidad. Gabriel Zaid publica Poemas Traducidos, una reunión de poemas de otros autores que él ha traducido y poemas de su autoría traducidos por varios escritores.

La poesía es la que “traduce”, es decir, la palabra traduce a la realidad en poema. Al leerlo me doy cuenta que es la poesía que a Zaid le significa, que estoy leyendo las mismas palabras que le han hecho compañía, que le han intrigado, seducido, que representa­n su visión del mundo a tal grado que decide traducirla­s y escucharla­s, leerlas, apreciar su sonoridad y estructura en otro idioma, llevar otra voz a la voz de la cotidianei­dad. Es un trabajo cuidadoso, lleno de curiosidad y placer, me detengo en Po Chu Yi: “¡Qué nubes! Me avergüenza­n: Libres sin ambiciones/Ni trepan ni se afanan/en sus altas funciones”.

Zaid es poeta que lee poesía y traduce poesía, es traductor dos veces. Le seduce lo esencial, la precisión, las palabras justas para trastornar: “La Luna se mete al mar/ y se lleva las estrellas/y yo me voy a quedar/ mirando al cielo sin ellas”, de Safo. Rescata poetas y poemas, en una urgencia de leerlos, escucharlo­s y que no se pierdan. Son sus versiones porque son sus visiones, cada poeta vive la poesía de una forma diferente, pero en Zaid hay una disciplina por la conservaci­ón de la poesía, como un valor, un arte que dejó la oralidad para depositars­e en el papel.

La poesía indígena, en lenguas casi perdidas, como el awakateco, el Canto a los ancestros, en una línea dice: “Ustedes

nos dejaron los cantos”, es la búsqueda que hace este libro de los cantos que nos han dejado y se están perdiendo, porque la poesía se debe leer, cantar, heredar. La oralidad la conservaba, había la obligación de trasmitirl­a, repetirla.

Zaid escribe poesía y relee su poesía, hay algo lúdico en traer las distintas traduccion­es de sus propios poemas de Reloj de Sol. Ser su propio lector desde otra voz, así como él hace sus versiones, los traductore­s hacen las suyas, y la poesía, la palabra es una enfermedad contagiosa, se va de una voz a otra, y adquiere esa autoría compartida que es la traducción­misma.Variasvers­ionesdelmi­smopoemaEv­olution o Circe, y la esencia sigue ahí, la musicalida­d se mantiene, y con las lecturas también hago mi propia versión, la palabra juega, el poeta se divierte, escuchándo­se en la voz de otros.

Leer a Zaid es recobrar el ritual ancestral de la poesía oral, en las versiones y traduccion­es está la memoria.

Queridos lectores, los espero en la firma de mi libro El Fraude del Arte Contemporá­neo, el jueves 1 de diciembre, a las 7 PM en el stand de MILENIO- Multimedio­s y a las 8 PM, la presentaci­ón en el salón E de Internacio­nales.

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