Exacto, Eugenio
Dentro del ruido que hubo en los pasados días, vimos operar muchísimas fuerzas de la desinformación que verdaderamente hacen que uno se pregunte: ¿somos o nos hacemos? Entiendo que, por un lado, hay quienes se sintieron aludidos, y con razón, con las declaraciones de Guillermo del Toro cuando tuiteó el sábado sobre las voces nuevas y fuertes en el cine mexicano a las que debíamosvoltearaver:TatianaHuezo, Alejandra Márquez Abella, Lilia Avilés y Fernanda Valadez. Todo esto en el contexto de la defensa de los recursos nulos para seguir adelante con los Premios Ariel.
Preguntosisomosonoshacemos por la cantidad de titulares que solo sequedaronymalentendieron–¿sin querer o para crear escándalo barato?–conlapartedelmensajequedecía: “Ya chole con lo de los Chaparro y los Derbez y esas retóricas vacías”. Que fácil sacar eso de contexto y decir que Del Toro estaba atacando a OmaryaEugenio.Claramente,ycomo lo decía el resto del mensaje, se refería a que con esos nombres los que “botean” pretenden desacreditar el resto del trabajo arduo que también se hace en el cine mexicano. No hablaba de ellos, sino de los que habían, politizando, atacado su primer mensaje de apoyo al Ariel aventandosololosnombresmáspopulares del cine.
Entiendoquelosataquespolíticos no tienen la menor vergüenza ni se les puede exigir razón, ¿pero los medios? Para muchísimos esa fue la nota:“DelToroatacaaDerbez”.Honestamente no sé si es más deprimente pensar que en los medios hay tanta estupidez o tanto cinismo al malinterpretar algo así y volverlo un chisme barato. Afortunadamente sé que losaludidosenlostitularessabenque no fue el caso. Pero qué vergüenza de desinformación secundaria vemos propagarse como el fuego.