Milenio Monterrey

El Hombre Pájaro que vuela entre la historia, el covid y la sequía Historia

- HÉCTOR BENAVIDES

El personaje que es el que está de moda y vuela todos los días en las redes sociales, y algunos hasta afirman que sale en la televisión; es una leyenda que se mantiene viva desde 1325 desde el llamado Tzin Tzun de las tribus nahuatleca­s pasando por los herederos del cacique Huajuco o Cuajuco hasta nuestros días

Desde el León Desdentado que sembró pánico en la colonia Caracol de Monterrey en el otoño de 1978, pasando por el Chupacabra­s de los años ochenta, hasta El Hombre Pájaro que se refugia en la Cueva de los Murciélago­s, cercana a la presa La Boca, que se secó el pasado mes de junio de 2022 en el municipio de Santiago.

Tres distractor­es muy conocidos por quienes vivimos en esta zona del país. De los tres, El Hombre Pájaro –con todo y fotografía– es el que está de moda y vuela todos los días en las redes sociales y algunos hasta afirman que sale en la televisión.

Mitad broma y mitad en serio –Día de los Santos Inocentes-, El Hombre Pájaro tiene una historia muy grande, larga y muy vieja –se remonta al año 1325 de la era cristiana–, viene desde el llamado Tzin Tzun de las tribus nahuatleca­s hasta los herederos del cacique Huajuco o Cuajuco, terror de los españoles que se asentaron en su cañón de la Sierra la Silla, traídas por Luis Carvajal y de la Cueva (1582), llamado El Loco de la Huasteca, y sus compañeros Alberto del Canto (1577) y don Diego de Montemayor (1596).

La historia de los Tzin Tzun esconde muchos misterios y otros tantos mitos, sin embargo, crisis como las que vivimos recienteme­nte en Nuevo León, la pandemia del covid-19 (2020, 2021 y 2022) y la crisis del agua, develaron muchos de esos misterios y destruyero­n otros tantos mitos.

Por ejemplo, en la guerra contra el covid-19 y sequía que nos atacaron, el mito de la solidarida­d de nuestra gente y la responsabi­lidad de sus líderes resultó ser eso, un mito, según lo puso de manifiesto el desconcier­to total y falta de previsión de las autoridade­s de gobierno –federales, estatales y municipale­s– para prepararse y enfrentar las dos crisis, la del virus y la del agua.

También la reprochabl­e indiferenc­ia con la que actuaron la

Conagua, los gobiernos en sus tres niveles y varios empresario­s concesiona­rios de millones de metros cúbicos de agua, de la que no cedieron ni una sola gota, salvo botellitas de agua y ya muy tarde, obligados por los bloqueos y protestas de millones de habitantes del área metropolit­ana de Monterrey.

–¿Es usted El Hombre Pájaro, arquitecto?

–No sé quién le diría a usted eso, pero ya fuera de cotorreo le puedo decir que casi lo conozco de tanto que me lo han mencionado. Y si no existe, sería bueno que existiera.

Así se inició para mí el interés por El Hombre Pájaro, personaje que vuela en algunas redes sociales en los últimos meses. Ahora amplío la informació­n de mi tocayo, que también como yo, vuela desde hace tiempo en los medios de comunicaci­ón.

Cito un texto del libro Tlatoani, coordinado por mi amigo locutor Jorge Mejía Prieto, editado

en el mes de noviembre del año 1975 por la Asociación Nacional de Locutores de México:

“… A su paso por Michhuácan – lugar de pescadores –, hoy Michoacán, encontraro­n que los purépechas o purhembes – erróneamen­te llamados tarascos– tenían por deidad principal a Tzintzuni, Dios Pájaro, de culto sangriento, pues era el señor de la guerra y tenían la creencia de que los guerreros se convertían en colibríes en la región del sol. Los mexicas o aztecas lo adoptaron como dios e hicieron uno de él y de Mexi, el vocablo Tzintzuni lo tradujeron a su lengua y lo convirtier­on en Huitzilin, y al tomarlo como su guía en su peregrinac­ión lo llamaron como Huitzilopo­chtli o colibrí siniestro, como era su culto, Dios de la Guerra”.

En el libro que me regaló Jorge Mejía Prieto, el fragmento ante

rior lo firma nuestro compañero locutor Raymundo Armijo Rodríguez, a quien envío un saludo afectuoso desde esta página del Archivo de un Reportero.

Adenda:

Visto lo anterior, el cotorreo sobre El Hombre Pájaro no tiene nada de gracioso. Ni la guerra, ni los ejércitos y la desunión nos han llevado a la paz y la concordia que ahora algunos llaman humanismo mexicano.

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RAÚL PALACIOS Según la leyenda, El Hombre Pájaro se refugia en la Cueva de los Murciélago­s, ubicada cerca de la presa La Boca.
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Origen: En este libro se puede encontrar sobre la deidad Tzintzuni, Dios Pájaro, de culto sangriento.
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