Milenio Monterrey

El valor económico no se vio reflejado

Mundial. Alemania, Bélgica y Uruguay eran de los equipos más costosos; hoy son los fracasos de la Copa del Mundo

- EDUARDO ESPINOSA

Si en la Copa del Mundo imperara el valor económico de las plantillas, seleccione­s como Alemania, Bélgica y Uruguay no hubieran sucumbido en la fase de grupos. Sin embargo, dentro del rectángulo verde los valores del mercado se borran durante el tiempo que dura un partido y de esta forma se dan sorpresas tan grandes como las que se vivieron en la fase de grupos.

Por ejemplo, en la primera jornada nadie imaginaba que Alemania, la quinta plantilla más cara de la Copa del Mundo, con un valor de 885 millones de euros -a decir del portal especializ­ado Transferma­rkt-, iba a caer ante Japón, cuya nómina es la número 25 de los 32 participan­tes al valer 154 millones.

O que Australia, con un equipo valuado en apenas 37.3 millones de euros, le iba a ganar a una selección como Dinamarca, que en el papel tenía una plantilla 10 veces más costosa, al alcanzar los 353 millones; incluso los australian­os son el plantel más económico dentro de los 16 que están en los octavos de final, y cuyo cruce será con Argentina que cuesta 654 millones de euros. Casi 20 veces más.

Los grandes fracasos

Después de 48 partidos disputados, y que ya finalizara la fase de grupos, hay tres grandes decepcione­s en este Mundial: Alemania, Bélgica y Uruguay. El equipo teutón llegó como favorito para ganar la Copa del Mundo por la tradición histórica que le envuelve; mientras que para los belgas representa­ba la última oportunida­d para su generación dorada, y a los charrúas se les visualizab­a como un importante animador. Si bien es cierto que tanto Alemania y Uruguay se toparon con equipos igual o más costosos como España y Portugal, respectiva­mente, también sus otros dos rivales de grupo no debían representa­r un problema mayúsculo como terminó sucediendo con Japón y Corea del Sur. En tanto Bélgica, que parecía tener un grupo a modo, se topó con Marruecos, que aunque parece una revelación, no lo es tanto al tener una plantilla de elementos que están en Europa y que ahorita se valúa en los 241 millones de euros, 70 millones más de lo que vale la Selección Mexicana.

No desquitaro­n su salario

Aunado al valor de las plantillas, también hay otro dato que se puede destacar de los equipos que fracasaron en la primera fase de la Copa del Mundo: el salario de sus entrenador­es.

Dentro los 10 mejores entrenador­es pagados de este Mundial, hay tres que no cumplieron con el objetivo de llevar a su selección mínimo a octavos: el alemán Hans-Dieter Flick con Alemania; el argentino Gerardo Martino con México y el español Félix Sánchez Blas, con el anfitrión Qatar. Todos los demás cumplieron el pronóstico.

El de Flick es el fracaso más rotundo al combinarse su salario anual de 6.5 millones de dólares con el valor de su plantilla; el Tata tampoco desquitó los 2.9 millones que percibió cada año desde 2009 y por primera vez desde 1978 la Selección Mexicana se estancó en fase de grupos. Sánchez Blas tenía la misión más difícil, pero sí contó con tiempo y un buen sueldo (2.4 mdd) para evitar la vergüenza.

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REUTERS La selección alemana llegó como favorita al título.
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