Razones para marchar
Dmurallasel mismo tamaño de las metálicas utilizadas para proteger los edificios históricos y públicos es la ineptitud del Gobierno para atender y resolver las reivindicaciones expuestas en carteles, mantas y consignas que se dejaron escuchardurantelasmarchasencabezadasel díadeayerconmotivodelaconmemoración del Día de la Mujer.
ComobiendijolaministraNormaLucía Piña, las únicas voces que se debían escuchar eran las de las mujeres, y no la del Presidente pidiéndoles que marcharan pacíficamente, no hicieran desmanes y fueran valientes quitándose “la máscara” tras las que las más belicosas esconden su rostro.
Este comentario, además de desafortunado, me parece completamente fuera de lugar, porque si algo han tenido las mujeres en México es valentía. La descomunal valentía requeridaparavivirconcierta dignidad en un país donde las vejaciones a los derechos fundamentales, los feminicidios, la violencia y la revictimización son el pan nuestro de cada día. Por eso las mujeres marchan, reivindicanyexigenloquelainjusticiainstitucionalizadalesarrebata.Lasconsignas dealgunoscartelesqueacompañaronlas marchas son radicalmente claras:
“Cuando decimos no estás sola, es porque estamos todas”, “Hoy marcho por las futuras generaciones”, “¿Por qué te asustas por las que luchan y no por las que mueren?”, “Mujer escucha, esta es
Si algo han tenido las mujeres en México es valentía
tu lucha”, “En México hay algo más peligroso que ser mujer: ser niña. ¡Las niñas nosetocan!”,“Hoymarchoporti,pormí, por nosotras”, “Ni una menos”, “Nos están matando”, “Fui la que tocaron sin su consentimiento, pero soy la hermana de la que jamás vas a destruir”, “¿Cómo me veo en diez años? Viva, libre y sin miedo”, “Si vieras por nuestros ojos gritarías igual”, “Queremos derechos, no flores”, “Quiero vivir sin miedo”, “Pelea como mujer”, “Solo la justicia traerá la paz”, “Yo no te provoco”, “Soy la niña que nunca vas a tocar”, “Si la próxima soy yo, salgan a la calle y griten mi nombre”, entre otras.
Más que amurallar los edificios públicos –y ridiculizarlos aún más iluminándolos de color violeta–, las autoridades,
_ al menos, deberían tener en cuenta lo que dicen los carteles que portan las mujeres, para que puedan entender por qué no hay valla y muralla que alcance para contener la rabia y dolor que sienten las mujeres en México.