Tiempo de mujeres, Mariana
El reciente debate por la alcaldía de Monterrey dejó algunas consideraciones. En primer lugar, las pequeñas: el nacimiento y muerte de partidos políticos oportunistas solo conviene a intereses del dueño (Adalberto Madero), y a las prerrogativas monetarias de organizaciones de ocasión (Patricio Zambrano); la división de alianzas permite la sobrevivencia electoral y el financiamiento (el PT fuera de la alianza con Morena y Ranulfo Martínez como peón de Alberto Anaya); el posicionamiento electoral sin posibilidad de triunfo (Mauricio Cantú y Morena); finalmente, la competencia de quienes sí pueden ganar la alcaldía (Mariana Rodríguez
Cantú de Movimiento Ciudadano y Adrián de la Garza del PRIAN).
Quien le robó una elección municipal al PAN, cuando fue candidato Felipe de Jesús Cantú, ahora representa al PRI y al PAN, es decir, Adrián de la Garza. La política hace extraños compañeros de cama, repiten los gringos. Enemigos íntimos, Adrián fue el artífice de la destrucción política del panista Fernando Larrazabal por instrucciones del entonces gobernador Rodrigo Medina de la Cruz. Siendo procurador De la Garza, al Gobierno estatal le estalló el ataque al casino Royale, donde hubo decenas de muertos.
La procuración de justicia en ese sexenio estaba rebasada por la delincuencia. Ni Rodrigo ni Adrián pudieron solucionar la inseguridad, tuvo que apuntarse Lorenzo Zambrano, CEO de Cemex, para provocar la creación de Fuerza Civil confrontando, inclusive, al dueño del medio de manipulación El Norte, Alejandro Junco de la Vega, quien huyó por las circunstancias violentas a San Antonio, Texas. El tuit de Lorenzo fue esencial: “Quien se va de Monterrey es un cobarde. Hay que luchar por lo que creemos. ¡Tenemos que retomar nuestra gran ciudad!”.
Al candidato del PRIAN a la alcaldía de Monterrey le encanta colgarse medallas que no le corresponden. A los meses de estrenarse como procurador, el incendio del casino Royale puso en crisis el Gobierno de Medina de la Cruz y los negocios transversales con los casineros (su hermano Filiberto llevó siempre esas relaciones de beneficio mutuo). Para sortear la crisis, de la mano de Alejandro Junco y a través de videofiltraciones se inventaron un Quesogate (wag the dog) del Red Casino para trasladar el foco político al alcalde Larrazabal.
En las pasadas elecciones municipales, el voto regio ya castigó al PRIAN, a Zeferino Salgado, Francisco Cienfuegos y Adrián de la Garza.
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Los regios, entonces, tendrán que decidir entre dos sopas: la regresión corrupta y autoritaria del PRIAN y Adrián de la Garza o votar por Mariana: más vale buena por conocer que peores por repetir.