El PRD busca gobierno de coalición, no solo alianza
El secretario de Acción Política, Alejandro Sánchez, anuncia operativo cazamapaches, para evitar que el PRI y sus aliados compren votos
El PRD dio la bienvenida al llamado de los panistas en ocho estados para integrar el frente amplio opositor para 2018, al señalar que lo que busca el partido es lograr un gobierno de coalición.
En entrevista, el presidente del Consejo Nacional perredista, Ángel Ávila, precisó que la intención del PRD va más allá de una alianza con el PAN, pues lo que se requiere es construir una agenda de gobierno con distintas fuerzas políticas, incluyendo a Morena, académicos y especialistas.
Respecto al tercer ultimátum que hizo Andrés Manuel López Obrador para que el PRD decline a favor de Morena en el Estado de México, Ávila afirmó que el tabasqueño, más que ganar la elección, está preparando las justificaciones de la derrota de Delfina Gómez, además de considerar que tratará de culpar al partido del sol azteca para orillarlo a que se le una en 2018.
El secretario de Acción Política del PRD, Alejandro Sánchez, pidió al Instituto Nacional Electoral (INE) detectar los focos
rojos donde se podrá generar violencia, además de garantizar la seguridad de los ciudadanos para que voten de manera libre.
Dio a conocer que el PRD prepara un operativo cazamapaches, para evitar que el PRI y los institutos políticos aliados operen para la compra del voto.
En ese sentido, demandó a los partidos, “sobre todo al PRI”, no caer en la tentación de tratar de violentar los procesos electorales y menos en el Estado de México: “Dejen que los ciudadanos decidan a sus gobernantes; voto libre sin dádivas ni presiones, sin prácticas intimidatorios o coercitivas”, expresó.
A su vez, el diputado federal y líder de la corriente perredista Nueva Izquierda, Jesús Zambrano, convocó a las dirigencias de PRD y PAN, así como a otras fuerzas políticas y organizaciones progresistas, a iniciar las conversaciones para conformar un frente amplio rumbo al proceso de 2018. “Se trata, en primerísimo lugar, de evitar que el PRI siga al frente de las responsabilidades de gobierno de este país y, desde luego, evitar también que la salida a esta crisis de fin de régimen vaya a ser una salida en falso con una visión autoritaria”, puntualizó.
Zambrano coincidió así con las dirigencias estatales del PAN en Ciudad de México, Nuevo León, Querétaro, Tabasco, Quintana Roo, Oaxaca, Morelos y Yucatán que avalaron ya la intención de conformar el frente amplio opositor para competir por la Presidencia.
Según confirmó el coordinador regional del PAN en el sureste, Juan Pablo Adame, el debate comenzó ya informalmente al interior de su partido y confió en que los comités estatales formalicen la discusión después de las elecciones del 4 de junio.
Consultado al respecto, Zambrano subrayó que su partido ha planteado ya la necesidad de un frente muy amplio, más allá de PRD y PAN, como se ha ratificado después de que Alejandra Barrales y Ricardo
“Tenemos que ir con otras fuerzas, con otras organizaciones no solo políticas”: Zambrano
Anaya expresaron la disposición de ambas fuerzas políticas a caminar juntos rumbo a 2018. “Eso es positivo, pero insuficiente, tenemos que ir con otras fuerzas, con otros partidos, otras organizaciones no solo políticas, y personalidades del amplio espectro progresista del país”, precisó.
El también ex presidente nacional del PRD sostuvo que la convocatoria a conversar sobre el frente opositor no lleva “bola negra” ni excluye a nadie, ni siquiera a Morena, siempre y cuando Andrés Manuel López Obrador esté dispuesto a dialogar y no solo pretenda imponer su propio acuerdo.
Zambrano recordó que los órganos de decisión del PRD definieron en su política de alianzas priorizar las coaliciones con las otras fuerzas de izquierda, pero de manera excepcional prevé también conformar frentes con Acción Nacional.
Insistió así en la necesidad de resolver de manera democrática la “crisis de fin de régimen” y darle un vuelco al manejo de las cosas públicas, de la economía, el combate a la corrupción y la delincuencia, pero sobre la base de un amplio abanico aliancista y no por la llegada de un hombre providencial a la Presidencia de la República.