aciencia, prudencia, verbal continencia. Dominio ya. Presencia o ausencia según conveniencia”. Ésta es la declaración del profeta Javidú desde Guatemala, expresada una vez que le fuera confirmada su próxima extradición a México, donde seguramente será recibido con beneplácito por sus cómplices, perdón, sus compañeros de sector y de partido del PRIcámbricotemprano, y por una fanaticada que querrá, sin dudarlo, que el buen samaritano, hombre probo y dilecto, administrado y frugal como pocos en la estirpe de los Moreira de la moreiriña, sea encerrado junto a los morigerados tíos del niño Antony, que lo trataban peor que a pelón de hospicio, previa cita con un conciliábulo de bien entrenados y detallistas proctólogos de Kioto.
Por eso, ante la perspectiva de linchamientos y acusaciones, señalamientos y melodramas rancheros ( Javidú se imagina perseguido por los niños veracruzanos cuyos problemas oncológicos fueron tratados con placebos de tercera categoría en su sexenio, sin entender que el gobernador requería de recursos para poderse agenciar su décimo rancho, caray), estas palabras seguramente inspiradas por la poesía de Paco Stanley, la sintaxis de Yoda y el sentido de la rima de Maluma y Arjona, Luis Fonsi y Daddy Yankee, explican con claridad sus estrategias para enfrentar a sus detractores en el mejor estilo de Kalimán maridado por el pensamiento de Paulo Coelho y Yordi Rosado: el que domina la mente, lo domina todo; la razón apasionada que no se abisma en el arrebato ni en la calentura.
Clase de filosofía huarachuda que solo es superada por la de Juan Zepeda, quien afirma contundente e inobjetablemente que no se le puede decir “no” al Partido Verde si decidiera entrar al Frente Amplio Opositor. Según el ex candidato de lo que queda del PRD en el Edomex, no por su pasado de rémora del PRI se puede menospreciar a un instituto político que ha sido tan profundamente digno, progresista, ecológico y humilde.
Este muchacho tiene la boca retacada de razón. Hasta deberían de poner al Nini
Verde de líder para que sea el Pegasus del partido tricolor en el frente, además de Los
Chuchos, claro.
Como quiera que sea, cabe aclarar que cuando Javidú espetó la primera “contingencia” seguramente andaba más turbado que ayer y por eso se le trabó la lengua, pues por la naturaleza del excelso poema lo que en realidad quiso ocupar fue el término “continencia”, que llamaba a administrar bien sus palabras y acciones y no caer en una diarrea verbal innecesaria y probablemente contraproducente, alimento claro para la proliferación de memes a sus costillas. Por su parte, la segunda “contingencia” hace consonancia y rima con la idea final de aparecer o desaparecer según indiquen las coyunturas y las sabrosas sabrosuras de la usura y su bravura o, mejor dicho, de la bravura en la usura, el poeta Duarte tejió una hermosura de travesura.