PRI le quita banderas al frente opositor
Con los acuerdos de la Asamblea Nacional del PRI, particularmente, por la eliminación de los candados que impedía postular candidatos ciudadanos, el partido en el gobierno se mete de lleno al arrancadero de las elecciones presidenciales.
Será en noviembre o en los primeros días de diciembre cuando el Revolucionario Institucional designe a su candidato, adelantó el dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, y aunque pareciera que la reforma estatutaria favorecería la nominación del secretario de Hacienda, José Antonio Meade, está por verse.
Cualquiera que sea el candidato presidencial del PRI, este partido ha recuperado terreno en el interés del electorado mexicano ante la posibilidad de postular a un candidato ciudadano, simpatizante del partido tricolor.
En espera de los tiempos constitucionales que establece el proceso electoral federal, de acuerdo a las legislación en la materia, los priistas han alcanzado a quien parecía inalcanzable, el líder nacional de Morena y eterno aspirante presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Sin nombre ni apellidos del candidato presidencial, el PRI estaría recuperando terreno paulatino y, evidentemente, lo hace más competitivo, por lo que puede empatar y superar las preferencias electorales que había monopolizado el virtual abanderado de Morena.
A quien no veo en el arrancadero por la carrera presidencial es al PAN y al PRD, atorados con la constitución de un frente opositor democrático, sin pistas de quién podría ser el candidato presidencial.
Coincido con algunos analistas políticos en el sentido de que el PRI le arrebató la principal bandera al frente opositor, en el sentido de barajar los nombres de ciudadanos para elegir a uno de ellos como candidato presidencial, una vez eliminados los “candados” del estatuto.
Si además de permitir la postulación de un candidato externo, el PRI sigue la propuesta de Manlio Fabio Beltrones sobre la conformación de un gobierno de coalición para México, el frente opositor podría hacer agua, relegando al PAN y al PRD con sus respectivos aliados, a una participación testimonial.
Pero como nada está escrito en política, los recientes escándalos de corrupción, que involucran al ex director de Pemex, Emilio Lozoya, sumado a los ex gobernadores priistas, no le aligeran el peso al PRI, ahora que le atribuyen haber recibido 10 millones de dólares de Odebrechet a la campaña presidencial.