La “izquierda” que quiere de Presidente a AMLO
La embestida laboral y penal contra Judith Calderón, su hijo y media docena de trabajadores de la empresa Desarrollo de Medios, editora del diario La Jornada, es una infamia.
Secretaria general del Sitrajor, Calderón y sus compañeros del sindicato, son objeto de la persecución patronal por la vía de los despidos y demandas penales por presunta privación de la libertad.
Los despidos injustificados, de la propia dirigente sindical y varios de sus compañeros de trabajo, se deriva de un conflicto laboral que terminó mal porque el tribunal laboral de un gobierno perredista en la CdMx declara inexistente una huelga, regresan a trabajar mediante un acuerdo, incluida la promesa patronal de no ejercer represalias pero, justamente, es lo que ocurrió.
Más allá de un conflicto “obrero-patronal”, como los hay en las relaciones entre sindicatos y patrones en México, el caso de esta empresa editorial llama la atención porque los directivos y socios traicionan sus propios principios y convicciones como “prensa militante de izquierda”.
Publicaciones digitales cuestionan la actitud asumida por directivos, socios, intelectuales de “izquierda” y al mismo Andrés Manuel López Obrador:
La pregunta hoy es: ¿qué opinan de esto los intelectuales y referentes del progresismo que apoyaron a la directiva de La Jornada y fustigaron el derecho a huelga? ¿Apoyan los despidos y la denuncia penal? ¿Apoyan esta decisión de Carmen Lira, que no tiene nada que envidiarle a las peores políticas de la patronal contra los trabajadores?
Hasta ahora ninguno se pronunció. Ni el Fisgón, ni Paco Ignacio Taibo II, quien en su momento propuso una “gran manifestación” contra la huelga. Tampoco los columnistas de La Jornada que afirmaron la ilegalidad de la medida resuelta por el sindicato en asamblea.
Ni Andrés Manuel López Obrador, que defendió públicamente a Carmen Lira. Esto debería ser un verdadero escándalo para quienes apoyaron a la directiva de La Jornada. Pero todos están en absoluto silencio.
Si la empresa está en condiciones de semejante acción es porque muchos progresistas apoyaron a la dirección de La Jornada “la mayoría cercanos a Morena y a su dirigente López Obrador, algunos alineados con otras expresiones políticas”. Esa responsabilidad es innegable. Le dieron la espalda a un elemental y legítimo derecho obrero.