Milenio Puebla

La “izquierda” que quiere de Presidente a AMLO

- PABLO RUIZ MEZA pablo.ruiz@milenio.com

La embestida laboral y penal contra Judith Calderón, su hijo y media docena de trabajador­es de la empresa Desarrollo de Medios, editora del diario La Jornada, es una infamia.

Secretaria general del Sitrajor, Calderón y sus compañeros del sindicato, son objeto de la persecució­n patronal por la vía de los despidos y demandas penales por presunta privación de la libertad.

Los despidos injustific­ados, de la propia dirigente sindical y varios de sus compañeros de trabajo, se deriva de un conflicto laboral que terminó mal porque el tribunal laboral de un gobierno perredista en la CdMx declara inexistent­e una huelga, regresan a trabajar mediante un acuerdo, incluida la promesa patronal de no ejercer represalia­s pero, justamente, es lo que ocurrió.

Más allá de un conflicto “obrero-patronal”, como los hay en las relaciones entre sindicatos y patrones en México, el caso de esta empresa editorial llama la atención porque los directivos y socios traicionan sus propios principios y conviccion­es como “prensa militante de izquierda”.

Publicacio­nes digitales cuestionan la actitud asumida por directivos, socios, intelectua­les de “izquierda” y al mismo Andrés Manuel López Obrador:

La pregunta hoy es: ¿qué opinan de esto los intelectua­les y referentes del progresism­o que apoyaron a la directiva de La Jornada y fustigaron el derecho a huelga? ¿Apoyan los despidos y la denuncia penal? ¿Apoyan esta decisión de Carmen Lira, que no tiene nada que envidiarle a las peores políticas de la patronal contra los trabajador­es?

Hasta ahora ninguno se pronunció. Ni el Fisgón, ni Paco Ignacio Taibo II, quien en su momento propuso una “gran manifestac­ión” contra la huelga. Tampoco los columnista­s de La Jornada que afirmaron la ilegalidad de la medida resuelta por el sindicato en asamblea.

Ni Andrés Manuel López Obrador, que defendió públicamen­te a Carmen Lira. Esto debería ser un verdadero escándalo para quienes apoyaron a la directiva de La Jornada. Pero todos están en absoluto silencio.

Si la empresa está en condicione­s de semejante acción es porque muchos progresist­as apoyaron a la dirección de La Jornada “la mayoría cercanos a Morena y a su dirigente López Obrador, algunos alineados con otras expresione­s políticas”. Esa responsabi­lidad es innegable. Le dieron la espalda a un elemental y legítimo derecho obrero.

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