Milenio Puebla

CIUDAD RETOMA SUS ACTIVIDADE­S

Con calles cerradas y edificios apuntalado­s, se recupera del sismo

- POR RAFAEL GONZÁLEZ/PUEBLA FOTOGRAFÍA ANDRÉS LOBATO

Aunque los polines que contienen bardas, las cintas amarillas que marcan que está prohibido transitar la zona y las vialidades donde se impide el paso a vehículos de carga pesada nos recuerdan los estragos que dejaron los sismos del pasado septiembre, poco a poco se recupera la actividad en el centro histórico de la ciudad de Puebla.

El bullicio, la venta de los informales “principalm­ente sobre la calle 5 de Mayo”, y el flujo de los peatones le dan color y calor al primer cuadro de la ciudad, el cual está delimitado en un rectángulo de cintas amarillas con letras negras que señalan Peligro.

Inicia de norte a sur sobre la 18 Oriente-Poniente y del extremo contrario desde la 13 OrientePon­iente, donde los conductore­s particular­es, por primera vez en años, recorren las vialidades sin compartir el espacio con las unidades del transporte público, éstas ahora fluyen sobre calles alternas, lo que origina que la gente tenga que mantenerse al día de cuál será su nuevo derrotero.

“Es un caos, de repente pasan por una calle y al otro día por otra. La Ruta 2000 estaba pasando por la 2 Norte y daba vuelta en la 16 Oriente. Ahorita ya tengo un buen rato esperando y nada más no pasa”, se queja Fortino Sánchez, un hombre de edad, quien cuenta que vino a la zona a buscar una pieza de una olla express.

“Sí están abiertos los comercios. Pensé que no, pero ya casi no hay cerrados, lo más que vi son casonas viejas que están delimitada­s con esas cintas”, cuenta.

Si bien la calle 5 de Mayo mantiene el mismo ruido de antes de los movimiento­s telúricos, la 2 Norte muestra otra cara. Ningún vehículo puede transitar a partir de la 16 Oriente. Son muchos los inmuebles que se ven cerrados. En esa rúa las personas evitan caminar. Nadie sabe con certeza cuáles son los daños, pero por precaución, también como los vehículos, ocupan otra ruta alterna.

En una de las esquinas donde convergen la 12 Poniente y 5 de Mayo hay una casona antigua de color rojo. A pesar de lo dañado de su pintura pueden apreciarse los detalles de sus acabados y añadidos en la decoración. En otros tiempos debió ser un lujo vivir ahí.

Pero ahora la historia es diferente. Aunque no está apuntalada, como sí lo está tanto la barda perimetral de las oficinas de la Comisión Federal de Electricid­ad, cuyo perímetro toca el bulevar 5 de Mayo y la 18 Poniente sobre la 17 y 19 Norte, como algunas partes del inmueble, la casona roja está vacía y toda ella marcada con señales de peligro.

Pese a ello un indigente se arriesga y se sienta en el peldaño de una de las entradas de los locales que ahí se localizan. La gente que circula lo mira de reojo y simulan no percatarse de él ni del peligro que podría correr. Todos siguen sus pasos.

Como ellos, también este reportero sigue avanzando. En la siguiente cuadra se localiza un centro joyero, el cual comparte espacio con una llamada plaza de la computació­n, la cual, dicen, labora parcialmen­te, porque una zona sufrió afectacion­es que ya están atendiendo.

“Dicen que descubrier­on que los castillos estaban huecos”, asegura una de las personas que ahí labora y quien rechazó dar a conocer su nombre.

Otra empleada, quien le acompañaba a adquirir su desayuno, rechaza la versión y dice que aprovechar­on los administra­dores para remodelar, “ahora que están dando permisos. Varias casas de por aquí tras los temblores hicieron arreglos. Hubo albañiles trabajando y también colocaron andamios. Aprovechar­on que no había paso ni para los ambulantes, pero ahora ya no se ve nada de eso. Hasta las chicas que se paran en la esquina ya están trabajando normal”.

Sobre el bulevar 5 de Mayo y en la 11 Norte-Sur también se impide el paso a los camiones pesados. La medida es para evitar vibracione­s y que éstas propicien más daños estructura­les en las viviendas.

Enfrente del Museo del Ferrocarri­l, sobre la 11 Norte, hay una casona pintada en color verde. Manualment­e está siendo demolida. Para evitar algún daño en los peatones se colocaron tablones sobre la acera. Una parte de la pared ha desapareci­do por la labor de los albañiles y en cuestión de horas retirarán un balcón.

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Reparacion­es en calles del Centro Histórico.

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