Cerros de Puebla son volcanes, indica investigador UAP
Los poligenéticos, como el Popo, tienen cámaras magmáticas que se alimentan
Apoco más de 4 kilómetros de Ciudad Universitaria de la UAP, en la intersección del Periférico Ecológico y el bulevar Valsequillo, se ubica uno de los cruces más concurridos, donde se conforma un paisaje urbano que dista al de hace 10 mil años, cuando solo había pastizales, con un clima seco-frío que envolvía al volcán el Chiquihuite.
Este volcán es uno de los 22 monogenéticos del área metropolitana de Puebla; es decir, pertenece a los que tienen una sola erupción y una vida corta, debido a que son como burbujas de magma que se vacían al explotar.
No representan causa de alarma y sólo embellecen el paisaje del centro del estado y el eje Neovolcánico. En cambio, los poligenéticos, como el Popocatépetl, tienen cámaras magmáticas que constantemente se alimentan.
Debido a que el vulcanismo del pleistoceno tuvo un papel crucial en la conformación de suelos y climas de la región, los monogenéticos de la zona han sido estudiados por científicos del mundo.
Francisco Jiménez Moreno, biólogo por la UAP, señaló que los cerros de Loreto y Guadalupe, donde se libró la histórica batalla de Puebla, así como el de Amalucan y la Paz pudieron tener un origen de carácter volcánico.
Tan sólo en las 23 mil hectáreas de superficie de la Presa Valsequillo, declarada como Humedal Ramsar de Importancia Internacional, hay tres: el Chiquihuite, de 2 mil 164 metros sobre el nivel del mar (msnm); el Toluquillo, de 2 mil 170 msnm; y el Cerro la Mesa Grande, de 2 mil 350 msnm, cerca del parque Africam Safari, según investigaciones de Bunde de los años setentas.
El especialista explicó que gran parte del relieve del municipio y el estado de Puebla tuvo su origen en el Pleistoceno -2,59 millones de años hasta hace 10 milenios-, cuando la zona tuvo actividad volcánica.