Bertrand Russell en vísperas electorales
Hay lecturas ideales para ciertas épocas y otras que siempre son óptimas. Igual pasa con los autores, aun si esta retroalimentación depende del talante del eventual lector. Bertrand Russell (1872-1970) es un escritor siempre oportuno, pero no se diga en tiempos electorales.
Una de sus lectoras, Maria Popova, ha recuperado el decálogo liberal de la autobiografía del sabio británico, publicado por vez primera en The New York Times Magazine en 1951 como parte de su ensayo “La mejor respuesta al fanatismo es el liberalismo”.
En ese texto Russell reflexiona que la “actitud liberal” no significa oponerse a la autoridad, sino que eres libre de oponerte a la autoridad, lo que entraña una gran diferencia. La esencia de la visión liberal en la esfera intelectual, explica, es la creencia de que la discusión es útil y que los hombres deben ser libres de cuestionar todo si pueden apoyar sus críticas con argumentos sólidos.
La posición contraria, sostenida por “gente que jamás podrá ser llamada liberal”, es que ya se sabe la verdad y que cuestionar es necesariamente subversivo, y ve entre ellos a radicales que propugnan el cambio a cualquier costo, así sea empoderando a una nueva autoridad aún más tiránica que la anterior.
En estas politizadas fechas con la cercanía de las elecciones federales y las designaciones de candidatos a diversos cargos, la mirada de Russell luce oportuna casi siete décadas después de su publicación, como el primero de sus 10 mandamientos, en el que postula que el hombre no debe sentirse cierto de nada, de la mano de otros filósofos que cultivan la duda y censuran a quienes viven llenos de certezas… como casi todos los políticos.
Las propuestas de Russell alcanzan incluso el ámbito familiar, pues dice que cuando te encuentras con la oposición, aun si es de tu pareja o hijos, debes intentar superarla con argumentos, no con autoridad, pues una victoria originada por ésta es ilusoria.
En caso de opiniones perniciosas, recomienda no eliminarlas con base en el uso del poder, pues de ser así, esas opiniones eliminan al hombre, y sobre las “excéntricas”, sugiere no temer a expresarlas, pues cada uno de los pensamientos que hoy son aceptados alguna vez fueron “excéntricos”.
Russell siempre es una lectura oportuna.