TOMAN CATRINAS, MOMIAS, CALAVERAS Y FANTASMAS LAS CALLES DE LA CIUDAD
Cientos de estudiantes de la entidad recorrieron un tramo del bulevar 5 de Mayo en el Desfile de calaveras y catrinas, de la 43 Oriente al puente de Ovando.
Al ritmo de las bandas de guerra, panderos y flautas, recorrieron cientos de estudiantes de la entidad un tramo del bulevar 5 de Mayo en el Desfile de calaveras y catrinas.
De la 43 Oriente al puente de Ovando, ubicado en el barrio de Analco, los alumnos marcharon para poner cierre a los festejos de Fieles Difuntos y Todos Santos.
Casi todos los integrantes de los contingentes marcharon con la cara pintada de Catrina, ensalzando así nuestras tradiciones, que paulatinamente se están rescatando.
Algunas de las integrantes de las descubiertas portaron diademas adornadas de fl ores de cempasúchil.
Algunas otras complementaron sus atuendos con zapatos cuyas suelas brillaban por las luces led, mismo implemento que se colocaron en algunos instrumentos musicales, batutas y panderos.
Algunos de los participantes lucieron trajes negros, otros vendas, simulando ser momias y otros atuendos de calavera.
Cada sección se hizo acompañar de una banda de guerra, que marcaba el ritmo.
Otros grupos portaron calaveras gigantes a manera de estandartes.
Incluso una chica se desplazó por la rúa acompañada de su perro, al cual disfrazó con vendas. La mascota se ganó el aplauso de la gente que acudió a presenciar el evento, por el aplomo con que marchaba, especialmente porque ni los aplausos, porras y chiflidos lo distrajeron.
También fueron muy aplaudidos los chicos que cubrieron la ruta luciendo trajes de charro en color negro y la cara pintada de calavera.
Aunque hubo otro grupo que propició risas y comentarios chuscos. “Parecen pandas”, alguien gritó y la carcajada se hizo colectiva.
Ciertamente la escasa luz les jugó una mala pasada a sus rostros pintados.
Los espectadores aprovecharon cualquier espacio para ver al contingente.
En la 31 Oriente se apostaron sobre la ciclopista, lo mismo que en el puente peatonal que conecta al parque Juárez con el centro comercial Plaza Dorada.
Otros emplearon los techos de sus automóviles.
Incluso una unidad del transporte público, que consiguió estacionarse sobre la 31 Oriente, ofreció subir a la unidad, previo pago, para observar cómodamente la marcha de los alumnos.
En otro punto del trayecto, una señora se paró sobre una cubeta, lo que le dio una mejor visión.
Algunos pequeños que acompañaron a sus padres tuvieron que sentarse sobre sus hombros para poder mirar.
Hubo algunos asistentes que complementaron el cuadro, portando disfraces o luciendo también el rostro pintado de catrina.
Aunque no faltó quien lució la caracterización de vampiro y una más de La Llorona.
Al final, todos fueron reconocidos con aplausos por su aportación a mantener viva esta tradición tan nuestra.
Los espectadores aprovecharon cualquier espacio para ver al contingente Transporte público ofreció subir a la unidad para observar cómodamente la marcha