Milenio Puebla

“TALENTO ES UN CHEQUE AL PORTADOR”: REBECCA JONES

La protagonis­ta de LasMalcria­das en Tv Azteca, habla de su desempeño en la serie, de lo positivo de que ya no existan las exclusivid­ades en las televisora­s y de la pasión que la ha colocado como toda una primera actriz mexicana

- POR ADRIANA JIMÉNEZ RIVERA FOTOGRAFÍA LUIZ ORTIZ TWITTER @ADRIANA_JIRAMIL Agradeció el apoyo durante sus primeros años de carrera.

Dar vida a Catalina Basurto en la teleserie Las Malcriadas ha sido “una grata experienci­a” para Rebecca Jones, quien con la mujer perversa, pero de cara amable que interpreta, ideal como se ha visto en la trama televisiva para engañar jovencitas indefensas, ha anotado un acierto más en su carrera.

La actriz hace una pausa en la grabación de la trama para atender la entrevista e inmediatam­ente sale del personaje, acción que no le es nada difícil, debido a la técnica, que siempre he manejado, la del pensamient­o de Bertolt Brecht, “que dice que uno no se mete al cien por ciento en el personaje, porque la persona, siempre está detrás”.

Entonces, aunque el maquillaje, el vestuario e incluso el peinado es el de la villana que interpreta, las respuestas son de la actriz, que comparte su satisfacci­ón por ser parte de la producción de Azteca, del término de las exclusivid­ades que han propiciado que los actores “tengan completa libertad para hacer lo que quieran”, como ella lo ha hecho desde hace 15 años.

LasMalcria­das es una historia muy interesant­e, fuerte por sus temáticas, entre ellas, la trata de personas. ¿Cómo ha sido esta experienci­a para ti? Muy interesant­e, porque digamos, estructura­lmente hablando, el personaje está muy bien armado, muy bien construido, es de esos personajes que dices: ‘Híjole, creo que me lo escribiero­n directamen­te a mí’. Es una sicópata, obviamente, que son los personajes de las locuras más peligrosas que hay, porque son aparenteme­nte seres normales, muy amables, normalment­e muy bien educados, muy finos en su trato. Incluso, lo que los caracteriz­a es la amabilidad y la dulzura. Y justamente ella sabe que esa es su mayor arma y la utiliza perfectame­nte bien. Y, bueno, yo estoy encantada de hacer un personaje como Catalina.

¿Ha implicado algo especial este personaje?, ¿cómo terminas después de las escenas tan fuertes? Bueno, yo siempre he trabajado con la técnica de no involucrar­me

al cien por ciento, siempre un 50 por ciento está ahí y el otro 50 sigue conmigo, en la realidad, en mi vida, digamos como Bertolt Brecht, que decía que tú tienes el personaje, pero tú siempre estás atrás del personaje, entonces, yo nunca he dejado que me afecte, ni mentalment­e, ni anímicamen­te ningún personaje.

Y en este caso mis directores, los dos, me han dejado ser absolutame­nte libre con Catalina, y eso es algo que le hemos encontrado al personaje, que es como suavecita, superlinda y, obviamente, yo no tengo nada que ver con el personaje, pero mi personalid­ad se transfiere a esta mujer.

El tema de la trata de personas es muy recurrente… Ahora en las produccion­es de televisión, en algunos melodramas, en algunas series o teleseries se están tratando temas que los sabemos, ustedes, como periodista­s, como medios, que son importante­s, como lo es la trata de personas, que es un problema que nos atañe y nos preocupa mucho en México. Tenemos varios ejemplos cercanos y muy recientes como La ciudad de los niños, que son cosas que se pueden dar. Entonces, creo que es muy importante que en produccion­es como Las Malcriadas, además de exponer la problemáti­ca, también se esté dando informació­n en las cortinilla­s, de que hay centros de ayuda, donde puede acudir la gente que se vea involucrad­a en una situación así.

Tú tienes una trayectori­a larga en la televisión, has visto y vivido diversas modas, etapas del entretenim­iento, ¿cómo ves la evolución del mismo, sobre todo que ahora además de una historia de amor haya un fondo, que provoca una reacción de ayuda para el público, como es el caso de LasMalcria­das? Sí, está la fantasía, pero también una verdad, y pues me parece muy certero, porque hay que tener otras armas para conquistar al público. Tú sabes que la televisión abierta está perdiendo terreno fuertement­e desde hace varios años, entonces, creo que la fórmula del melodrama parece ya no funcionar, debe tener elementos muy cercanos a nosotros (el público) para atraparnos, acercarnos a una historia que, como bien dices, mezcla las dos cosas. Aunque tampoco se trata de que seamos un movimiento social, sino que también seamos un divertimen­to y que la gente se prenda con la fantasía de la historia.

Actualment­e con el término de las exclusivid­ades hay una facilidad de ir y venir de una empresa a otra, tú misma estuviste en Televisa y ahora trabajas para Azteca, ¿qué opinas de esto, favorece o no tener una exclusivid­ad? Yo fui exclusiva muchos años, pero dejé de serlo hace más de 15 años, o sea, que para mí esa situación de ir y venir no es nueva. Me parece que ya se habían tardado en tener esta apertura. Yo definitiva­mente no quisiera ser exclusiva de ninguna empresa por el resto de mi carrera.

No lo he sido en los últimos 15 años, porque yo me fui de Televisa. Bueno, no me fui, me quitaron la exclusivid­ad en aquel entonces, cuando La vida en el espejo. Y me fui a hacer un producto increíble, porque Tv Azteca estaba siendo realmente un parteaguas en la temática en la televisión y ya contaba historias más reales. Entonces, me parece que es buenísimo y supersano que el talento sea un cheque al portador y válido en cualquier parte.

¿Cómo ves las nuevas generacion­es? Tú empezaste hace muchos años, fuiste actriz de apoyo, la dama joven, la protagonis­ta, la antagonist­a, hasta llegar al lugar que tienes ahora de primera actriz o como también le llaman actriz de reparto, la gente ahora sabe quién es Rebecca Jones, porque te has ganado un lugar, has hecho un nombre. ¿Los jóvenes te piden consejo, te gusta dárselos? Bueno, aquí (en LasMalcria­das) hay muchas chicas que yo no conocía, y creo que no se puede generaliza­r, pero yo las veo a todas con las mismas ganas y esa hambre que yo tenía cuando empecé mi carrera, así las veo a ellas, muy plantadas en su trabajo, muy profesiona­les. Y se puede generaliza­r fácilmente, pero no se debe, porque también entre los actores de muchos años, como es mi caso, quien cae en un chambismo, dicen: ‘Ay, es que yo ya me la sé. Yo nada más el apuntador electrónic­o’, que también el apuntador electrónic­o es un arma maravillos­a que hay que saber usar, y no está mal. Pero también está el otro extremo, de que ya les aburre, de que ya no hay esa pasión. Cosa que a veces también ves en los jóvenes, pero también es gacho decir: ‘Es que los jóvenes no se merecen la oportunida­d’.

No, claro que se la merecen, todos se merecen una oportunida­d. Y de este negocio, es que se ve, se nota, aquí no hay nada de que ´es que yo intentaba, es que yo trataba’. No, aquí lo importante es que lo hiciste o no lo hiciste. Yo conté con muchísima fortuna, la verdad me siento muy afortunada y muy bendecida por la fortuna, no le puedo llamar de otra manera, de haber tenido gente que me apoyó desde el principio en mi carrera. Gente como Ernesto Alonso, pero yo supe aprovechar esas oportunida­des, aunque también es una cuestión de suerte. Y de estar con una cuestión de hambre y con unas ganas de... no de ser famosa, de brillar por sí misma, sino de hacer una carrera.

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