Meade y seguridad, doblando la apuesta
Once años después de haber iniciado la guerra contra el narcotráfico, después de muchos años de una violencia brutal, muertos, desaparecidos, secuestros, poblaciones desplazadas, empresas y ciudadanos extorsionados, crisis de derechos humanos, el gobierno y sus aliados decidieron doblar la apuesta de más de lo mismo y aprobaron ayer la ley de seguridad interior, sin mucha discusión, con menos análisis del que se requería.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, después de hacer una crítica al dictamen que se aprobó en la Cámara de Diputados, lo dijo bien: “Los problemas de seguridad y justicia que nuestro país enfrenta se deben abordar bajo un esquema amplio, en el que se traten de manera conjunta e integrada la parte procedimental del Sistema de Justicia Penal, junto con la estructura y esquema de procuración de justicia, para concretar de manera pertinente el cambio de la actual Procuraduría General de la República a una Fiscalía General autónoma, independiente y eficaz, así como determinar el tipo de policía que asumirá sustantivamente las tareas vinculadas a la seguridad pública, así como los modelos bajo los cuales se daría su operación. Conclusiones similares han sido expresadas por expertos, académicos, organizaciones de la sociedad civil y constan en documentos tales como el Informe Preliminar de la Consulta Nacional sobre el Modelo de Procuración de Justicia, elaborado por el CIDE, el INACIPE y el IIJ de la UNAM, presentado el mes pasado”.
Nada de eso le importó al priismo y sus aliados.
Y su nuevo líder, José Antonio Meade, lo reafirmó cuando dijo a los priistas: “No podemos lograr con éxito este empeño que hoy tenemos de ganar la Presidencia de la República si en ello no está el corazón de cada sección; si no recogemos y hacemos nuestras las preocupaciones de las fuerzas armadas, y en unos minutos muchos de ustedes habrán de darle apoyo a esa nueva institucionalidad que requerimos con la Ley de Seguridad Interior”.
Decía yo que con Meade había la duda de qué pensaba sobre la estrategia de seguridad y guerra contra el narco de la última década, porque en su trayectoria no se había acercado a esos temas. Pues la duda se resolvió pronto, más de lo mismo. No hay que ser muy inteligente para saber cuáles serán los resultados.