Los costos para los migrantes
Los costos de los viajes que realizan los migrantes para llegar a Estados Unidos son variados, sin embargo, el más importante es el de la vida, porque siempre están frente a riesgos.
Aquellos que deciden viajar en tren deben pagar hasta 100 dólares por ir de una estación a otra; mientras que quienes utilizan autobuses o combis, pagan por un boleto hasta el doble de su valor. Otra alternativa es pagar a un “pollero”, es decir, a la persona que se dedica a “pasar” o a trasportar a los migrantes. Actualmente, un “pollero” cobra entre siete mil y 10 mil dólares por cruzar a los transmigrantes por territorio nacional hasta los Estados Unidos. Pese a pagarle a un “pollero”, no existe ninguna garantía de que se cumpla el objetivo.
Por todo ello, los migrantes son un “botín” para los integrantes de las redes que violan sus derechos humanos, es decir, tanto para el crimen organizado como para los agentes federales y municipales que extorsionan a los transmigrantes en busca de obtener beneficios económicos.
El tráfico de órganos es un elemento que deberá ser investigado por las autoridades, ya que dicho delito aparece cada vez más en las entrevistas como una de las probables violaciones realizadas contra los indocumentados. Los defensores, en particular el sacerdote, Alejandro Solalinde, advierten sobre la posibilidad de una mafia no sólo para extorsionar a los transmigrantes, sino para privarlos de su libertad y extraer órganos de sus cuerpos.
A la par de las estructuras que violan los derechos de los indocumentados, aparecen redes de defensa que buscan apoyar a los transmigrantes en su paso por México y quienes no realizan ningún cobro.
En Puebla, las principales redes de apoyo están ligadas a sacerdotes que, de forma independiente y con el apoyo de la Diócesis, intentan brindar alimentos y un lugar donde descansar y bañarse para los migrantes.
Pese a las amenazas que puedan recibir de redes delictivas, los sacerdotes y los responsables de los albergues planean seguir brindando apoyo a los migrantes que buscan llegar a los Estados Unidos.
Conforme avanzan en su paso por México, los indocumentados desconfían de las personas, pero se dan cuenta que existen redes de apoyo y albergues en los que pueden encontrar alimentos, una cama y un baño.
Al final, los migrantes seguirán pagando los costos que sean necesarios con el único objetivo de cumplir la meta de tener una mejor calidad de vida para ellos, sus familiares y sus seres queridos.