Puebla, a la lista “negra” de EU
La zona metropolitana de la ciudad de Puebla se ha convertido en un “isla” acosada por los delitos de alto impacto que ocurren un día sí y otro también, en los municipios rurales del altiplano y de regiones serranas, severamente castigadas por la delincuencia.
Para las miles de familias con residencia en las ciudades y comunidades en las zonas limítrofes con el estado de Veracruz, ese hecho geográfico se ha convertido en una maldición y desgracia de vecindad.
Azotada por el crimen organizado, regiones como el Valle de Serdán, se han convertido en un infierno por la presencia de la delincuencia dedicada al robo de combustible en el corredor que va de Esperanza a Palmar de Bravo; Palmario, Quecholac, Acatzingo y Tepeaca, corredor que se extiende hasta San Martín Texmelucan.
La Sierra Negra, además de la tragedia de la lacerante pobreza extendida en la serranía, ha servido de guarida de los grupos delincuenciales en los límites de San Antonio Aztizintla, Puebla, con comunidades montañosas de la cumbre de Maltrata, Veracruz; las veredas de la banda “El Bukanas”.
La “contaminación” de la violencia por la incursión del crimen organizado se ha extendido a la otrora ciudad industrial de Tehuacán, donde los secuestros y la extorsión, están al amparo de la ineptitud, omisión y complicidad del caciquismo de Álvaro Alatriste.
Ayer por ejemplo, una mujer, oriunda de San Salvador El Seco, logró huir de una casa de seguridad en la colonia Santiago Tula, donde estaba secuestrada.
En esa misma región fue hallado maniatado y degollado, en el paraje conocido como “Los Limones”, en el municipio de Tecamachalco, el cuerpo de una joven que fue secuestrada el pasado domingo. Los captores exigían tres millones de pesos y la familia solo logró reunir 200 mil pesos que entregaron esperando que la dejaran libre, esto no ocurrió.
Las Sierras Norte y Nororiental sufren el mismo azote delincuencial, también en los límites con la zona norte del estado de Veracruz, que incluida la zona centro de aquella entidad, con Córdoba y Orizaba, son los principales centros de operación del crimen organizado, “expulsado” de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, amén de su influencia rapas en Coatzacoalcos.
No es gratuito que el gobierno de EU haya colocado al estado de Puebla en el nivel 2 de “viaje con precaución” para sus ciudadanos por el entorno de criminalidad e inseguridad pública.