Trump recorta gasto social en presupuesto
El mandatario incluyó en su proyecto un esquema para modernizar las infraestructuras de EU, apoyado en 200 mil mdd de fondos federales
El presidente Donald Trump presentó un proyecto presupuestal con un multimillonario plan para modernizar la infraestructura de Estados Unidos y con grandes recortes en gastos sociales. El programa para el año fiscal 2018 abandona la vieja meta de los republicanos de equilibrar el presupuesto federal en una década y en cambio prevé un elevado déficit en 2020 y en el futuro inmediato, en medio de una intensificación de los gastos en defensa.
La iniciativa para modernizar carreteras, puertos, aeropuertos y puentes que Trump considera decrépitos cuenta con 200 mil millones de dólares en fondos federales y la Casa Blanca espera al menos inversiones por 1.3 billones más aportadas por los estados y el sector privado.
Funcionarios de la Casa Blanca dicen que el programa implica un retorno a las prioridades nacionales y que 50 mil millones de dólares serán volcados a modernizar la infraestructura de áreas rurales, muchas de las cuales fueron cruciales para la victoria de Trump en las elecciones de 2016.
Trump dijo que cambiará los dispendiosos gastos militares instaurados tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Sin embargo, el proyecto le da un gran impulso al sector de defensa; incluyendo la renovación del arsenal nuclear de forma tal que el de EU será “por lejos, superior al de cualquiera”, según dijo. “Gastamos siete billones de dólares en Oriente Medio. Siete billones ¡qué error¡”, dijo Trump. “Y ahora intentaremos construir rutas y puentes y arreglar puentes que se están cayendo y tenemos dificultades para obtener el dinero. Y eso es una locura”, añadió.
En diez años, la Casa Blanca busca recortar billones de dólares en gastos federales y el cuchillo irá hasta el fondo especialmente en el área social. El presupuesto eliminaría el programa de seguro de salud del ex presidente Oba- El gobierno estadunidense señaló al FBI y las agencias de inteligencias, tras conocerse que un alto cargo de la Casa Blanca trabajó durante un año sin haber obtenido una habilitación de seguridad.
Rob Porter fue durante un año secretario personal de la Casa Blanca y manejó algunos de los temas más delicados en la agenda del presidente Donald Trump, a pesar de que el FBI sabía que había sido acusado de violencia doméstica.
“Es una pregunta para el FBI y otras agencias de inteligencia. Ellos toman estas decisiones. No es algo que decida la Casa Blanca”, aseguró la portavoz del gobierno, Sarah Sanders, durante su rueda de prensa diaria. Porter, que dimitió la semana pasada cuando salieron a la luz estas acusaciones, tenía una “habilitación provisional”, al no haber pasado la ma y reducirá en más de 200 mil millones de dólares la asistencia alimentaria para los pobres. El recorte de los programas de salud apunta especialmente a los estadunidenses más pobres y viejos.
Pese a esos recortes, los 4.4 billones de dólares del total de la propuesta presupuestal implican un aumento de diez por ciento respecto a 2017. El programa fiscal probablemente tendrá poco impacto real cuando empiece el verificación de seguridad. Este estatus no le impidió sin embargo trabajar con Trump y tener acceso a información confidencial.
“Creo que son las fuerzas del orden las que deben determinar si se deben hacer cambios en el proceso” de habilitación, subrayó Sanders. El FBI, el Servicio Secreto (a cargo de la seguridad del presidente) y las agencias de inteligencia se encargan de las verificaciones de antecedentes.
El consejero de la Casa Blanca Marc Short dijo el domingo que esta situación pudo darse por “una probable falta de comunicación” entre varias esferas del gobierno. Porter formaba parte de la veintena de trabajadores de la Casa Blanca que no habían obtenido una habilitación completa. Otro de ellos es Jared Kushner, yerno de Trump. debate en el Congreso, en donde será difícil convencer a los legisladores a que acepten los grandes recortes de gastos.
La propuesta muestra las prioridades de la administración; con un pronóstico de un déficit presupuestal de un billón de dólares hacia 2020 y un aumento de la deuda federal de 61 por ciento hacia 2018 respecto a 2017. El plan seguramente desatará críticas de quienes cuestionan que el gobierno gaste mientras reduce impuestos y se vislumbran déficits. El presupuesto se basa en que la economía de EU crecerá a un ritmo de tres por ciento anual en los próximos seis años.
El senador Chuck Schumer, líder de la oposición demócrata en la Cámara Alta, acusó a la Casa Blanca de hacer que los “regalos” fiscales a las empresas caigan en los hombros de la clase media, los niños y los trabajadores.