¿Generalistas o especialistas?
L a enseñanza de materias fundamentales en una licenciatura pero que en otras son herramientas, lleva a considerar quién las imparte: ¿un generalista o un especialista? El caso de la contabilidad es un ejemplo, representada por «Contabilidad: financiera, de costos y gerencial», debe pensarse quién estará a cargo de ellas en licenciaturas como Administración de Hoteles y Restaurantes o Artes Culinarias.
Contabilidad financiera estará a cargo de un generalista al contener elementos básicos, estados financieros y procedimientos aplicables a cualquier tipo de empresa, comercial o de servicio. La enseñanza de las bases contables se encarga a un generalista con experiencia que conteste dudas de alumnos de diversas licenciaturas, pero sin perder de vista que la materia es un lenguaje que todo egresado aplica.
Contabilidad de costos es para un especialista, por las particularidades que ofrecen licenciaturas como las mencionadas y sólo son bien manejadas por quienes han estado en un hotel o en un restaurante, en una cocina o en un bar, en la planeación de eventos sociales o en la organización de un congreso; la diversidad operativa de las áreas de servicios ofrecidas en los campos de acción de estas licenciaturas son tan especializadas, que exigen haber experimentado, vivido, disfrutado y visualizado el panorama general de la industria del servicio en hoteles, restaurantes o empresas de asistencia y/o atención, incluso si en la actualidad han cambiado de empleo, les es más fácil actualizar conocimientos que a un neófito adquirirlos.
Contabilidad gerencial podría ser para un generalista porque la toma de decisiones tiene que ver con cuestiones específicas, pero más con la administración general; sin olvidar que estas licenciaturas son más del detalle del servicio, donde se atienden a personas como parte integral del proceso mismo de servir (servucción), no así, en el de producir objetos tangibles, sino de características diferentes y difíciles de entender hasta que se viven, el servicio es variable (no se produce en serie), perecedero y personalizado.
La contabilidad apoya como base sólida a formar estudiantes con visión empleadora (no de empleado), amplia para generar utilidades a través del servicio personalizado. En estas licenciaturas se forma para que el estudiante establezca estrategias personales para generar en todo momento, haciendo que el cliente valore los beneficios tangibles (sensaciones) que recibe, los sensoriales (amabilidad) y psicológicos (estatus); de forma que las utilidades obtenidas gracias a este «plus», sean registradas en una contabilidad que reconozca y valore el precio adecuado de la entrega personal en el «aquí y ahora», al no poderse guardar para otro día sino ofrecerla en el momento que el cliente lo pida, no cuando esté el jefe o autorice el presupuesto.